jueves, 23 de julio de 2009

Reflexiones

Diálogos del Viejo Peronista

Después de unos días sin vernos por esto de la gripe A, nos encontramos en la Nona en el viejo Mercado Armonía. En primer lugar pedimos los vinos con soda, unos pastelitos y los sandwich de milanesa completos, con esa salsita tan santiagueña.

Estaba Juan Mansilla, de la Abrita, el chiquito Robledo y Juan Gómez, de Choya, Ciriaco Neirot, de Los Núnez, y Pedro Soria, del Rodeo. Un buen grupo rodeando al Viejo Peronista, quien pagaba la cuenta por ser el ganadero del grupo.

Después de la primera ronda de pastelitos de carne y encargando la segunda ronda del Toro con soda, el Viejo Peronista entró en tema con los botines de punta: “Decían que los peronistas robábamos pero éstos que gobiernan la provincia ahora son Alí Baba y los cuarenta ladrones. Al lado de éstos Iturre y su banda parecen San Francisco y sus frailes”.

El amigo de la Abrita se mando una viva el doctor Juárez y a su señora esposa, a lo que el Viejo Peronista aclaró: “Sabe compadre que los he combatido porque yo soy de Perón y nunca fui de Juárez, que era otra cosa. Claro, también debo admitir que cuando veo los abusos del poder, la falta de libertad, las muertes y la cara de piedra muchos farsantes representantes, me dan ganas de ir a la calle Alvarado a buscarlo con mis peones y llevarlo a la Casa de Gobierno”

“Es una buena oportunidad para el peronismo”, confió Pedro Soria. “No se engañe”, contestó el Viejo Peronista, quien continuó con su perorata: “los buenos valores están alejados de esa caricatura que llaman PJ, y los que siguen adelante es sólo para quedarse con los vueltos de las campañas. Son tan funcionales al régimen como los vendidos que siguieron a Neder, ése inepto al que también deberían investigar”.

“No sea tan duro”, pidió Neirot, pero el Viejo Peronista martilló: “Usted no sea tonto. Dígame cuándo Neder fue dirigente de primera. Fíjese cómo manejó el tema de Campo Gallo donde la policía no informó al juez del incendio de las celdas que terminó con la vida de un preso menor de edad”.

“Yo también digo que hay que investigarlo porque de dónde sacó tanta plata como para cambiar su patrimonio de deudor insolvente a nuevo rico”, se sumó el Negro Mansilla, viejo poblador de la Abrita.

“Mire -volvió al ruedo el Viejo Peronista-, aquí hace falta que gente decente y preparada, que haya demostrado capacidad para vivir sin la teta del Estado se meta en política. Yo fui, y ustedes los saben bien, fanático del peronismo, pero siento que por encima de todo deben juntarse gente de bien y armar una alternativa para terminar con los impresentables de todos lados. Podemos burlarnos de estos radicales desfachatados como Alegre, pero nosotros no podemos seguir con personajes como los hermanos Salim o el sinverguenza de Sotelo, el de San Pedro de Guasayán con sus chequeras sin fondos, o con un borracho en Los Telares, como el Pillo Ferreira”.

“A propósito de Salim -interrumpió el choyano Gómez-, ¿saben que Humberto Salim está haciendo arreglar, a costa de los contribuyentes, los autos de los remiseros como una forma de pagarles el acarreo de los votantes y los bolsines”.

“Por suerte pronto, en agosto del año que viene, Juan Manuel Baracat vencerá en las municipales de Frías”, agregó Robledo.

“Eso me gusta -echó leña el Viejo Peronista-, un hombre joven que demostró con creces su idoneidad en Ansses, y no se olvide que se jugó contra la Nina mientras otros estaban debajo de la cama. Por ello, ahora espero que termine con los hermanitos Salim”

“Miren, con gente como el Nano Baracat, el radical genuino Marcelo Lugones, Marcelo Barbur, Emilio Rached, Hugo Suárez, en Añatuya y, por supuesto, la Martita Velarde, que tan buen papel desarrolla en el Congreso Nacional, se puede tener alguna esperanza que esto pueda cambiar”, se jugó el choyano Gómez.

Al final, el Viejo Peronista (apurado por ir a su campo en Tintina y de allí pasar a la estancia ancestral de Chilca Juliana) pagó la cuenta y todos partieron a sus pueblos.

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