domingo, 5 de diciembre de 2010

El choque de WikiLeaks y la reelección

Por Luis Pico Estrada
Cristina Fernández de Kirchner.
Las infidencias internacionales y locales despintan la imagen dulzona de Néstor Kirchner. Su desdén por las formas y su apego al dinero le borró el halo. ¡Chau beatificación!
La presidenta Cristina Fernández nunca se ocupó de manejar esos temas dorados que hacen a la entraña de la política. Ella estuvo en el egreso, no en el ingreso dinerario.
¿Y ahora qué? Alguien se ocupará de esos secretos. Complica ya el tema de los vueltos. A ella no le gustan los Jaimes…ni siquiera los De Vido. Tampoco sindicalistas morochos. La familia Moyano, tragedia griega-sainete criollo, le disgusta.¿Qué hacer con ese grupo tenebroso, dividido entre esposas, ex esposas, medio hermanos, disidencias, plata, remedios envenenados?
La justicia inquieta. Después de la feria de enero nada será lo mismo. Los jueces federales son cruza de zorro y lobo; el gobierno se derrite en las sucesivas votaciones internas del mundo judicial.
Sergio Berensztein ha dicho que una Presidenta renace de viudez. Goza de los famosos “cien días” benévolos del debut.
Se diría que la suba de imagen se debe a la dolorosa desaparición de su marido. No hay que abusar: la cadena oficial y los anuncios mínimos cotidianos pueden durar lo que dura un lirio. Hay que resolver la candidatura en unos 90 días. Si la Señora va por cuatro años más, lidiará con la sucesión feroz peronista soplando en la nuca.
Los apóstoles de su reelección tienen nombre y apellido: Horacio Verbitsky y Héctor Timerman. Distinto calibre. Madres y Abuelas están en la claque. Y los “chicos”: Boudou de moto y guitarra, Diego Bossio acorazado por su cónyuge Valeria Loira y por aquellos soliti ignoti conversos que buscan algún reparo.

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