martes, 24 de marzo de 2009

¿Qué se está ocultando en la provincia?



Por Balban Ortiz

Asumió, o reasumió, Gerardo Zamora un segundo mandato gubernamental. Diríamos que es la segunda vez en la historia de la provincia que un gobernante se “sucede” a él mismo. Esto viene a confirmar que estamos transitando por los carriles de una moderna y segura democracia.

Por primera vez en la historia vino la Presidenta de la Nación, conjuntamente con ministros de distintas áreas a presenciar un juramento de un mandatario de provincia que fue reelecto.

También por primera vez en la historia de nuestra provincia fueron elegidos por el voto popular los comisionados municipales, lo que era una cuenta pendiente del sistema, y que vino a enmendarse con la última reforma de la constitución provincial.

Por lo visto estamos, ante una serie de hechos inéditos que ocurren en un Santiago del Estero con ganas de mejor progreso. 

Pero también corresponde referenciar que por primera vez en el historia del periodismo local, no se informó como se debe, la nómina de diputados que resultaron electos en la última contienda electoral.

O sea que para los grandes y pequeños medios de comunicación, José Luis Zavalia, Inés  Trógolo de Marozzi y Francisco Alberto Cavalotti (por ser tres anti-zamoristas y anti-kirchneristas), no son diputados de la provincia y, por lo tanto, no prestaron juramento la calurosa noche del viernes 20 en la Cámara de Diputados.

¿Qué es lo que está pasando con los medios de prensa en esta provincia? ¿Comprados? No creemos que existan periodistas vendidos en nuestro medio. ¿Silenciados? Tampoco creemos que los empresarios locales amordacen a sus dependientes y menos que los periodistas se dejen amordazar. ¿Temerosos? No creemos que la prensa tenga miedo y menos aun que desde el poder se ejerza presión alguna que pueda causar esos efectos dentro del área de la comunicación.

Sin embargo, no se está informando como se debe. Se está ocultando información, que es lo mismo que mentir. Obvio, las dos posturas desinforman. Como que se está subestimando a la comunidad que, felizmente, advierte que algo huele a podrido en Dinamarca.

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