sábado, 18 de septiembre de 2010

Kamenetzky desnuda la falta de justicia en Santiago

Cecilio Kamenetzky.
A más de veinte años de la desaparición de Cecilio Kamenetzky, un juicio oral en la Tribunal Federal intenta dilucidar cómo murió -en 1976- este estudiante universitario que cayó acribillado, según se afirma, a manos de la policía, delito que no prescribe pues fue  calificado de lesa humanidad. En este juicio están imputados Musa Azar, Miguel Tomás Garbi y Ramiro López, a la sazón policías de la provincia.
Mientras, la muerte de Raúl Domínguez, que -según se comenta- también murió a manos de la policía y por lo tanto es otro crimen de lesa humanidad, sigue impune, sin que ningún juez se anime a llamar a que declaren siquiera, los uniformados que participaron de su secuestro y posterior asesinato. ¿Qué esperan los organismos defensores de los derechos Humanos en Santiago para preocuparse y denunciar el crimen de Domínguez?, ¿que pasen 30 años para ver si recién se animan buscan a los culpables?
Pero es mucho más evidente que fue un asesinato a mansalva el de los casi 40 internos del Penal de Varones, muertos frente a los guardia cárceles que debían custodiarlos. Se trata de un crimen de lesa humanidad por el que la sociedad santiagueña clama justicia desde hace tres años sin que, hasta el momento, se haya sabido de alguna medida de la justicia para aclararlo debidamente. Ni un ministro ni un subsecretario ni un juez ni un secretario de Juzgado ni un pinche de Tribunales, nadie tuvo ninguna responsabilidad sobre este crimen que clama al Cielo, nadie sabe nada, nadie recuerda los nombres de los fallecidos.
Tampoco hizo mucho la justicia santiagueña para aclarar cómo fue que murieron 14 niños, víctimas de la experimentación de una vacuna que hizo un grupo farmacéutico en la provincia.
Y está impune también el crimen de la periodista Claudia Gabriela Orozco, a cuyos padres la justicia quiere hacerles creer que se trató de un suicidio, cuando las pruebas y las evidencias que se han venido recolectando desde que falleció, indican que fue un asesinato.
Mancuso en la televisión nacional.
Tampoco ha dado respuestas la justicia para aclarar la misteriosa muerte del indigente Mario Alberto Wingeyer, quien se hacía llamar Mancuso y fue golpeado con ferocidad hasta que murió en los pasillos del hospital Regional días después de mostrar ante las cámaras de la televisión nacional el estado de los baños de ese lugar. En este caso su cuerpo no mereció una autopsia, ya que las autoridades de la provincia se encargaron de inhumar el cadáver para que no se investigara más el asunto.

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