jueves, 7 de octubre de 2010

El Nobel fue para Vargas Llosa

El escritor peruano Mario Vargas Llosa ganó hoy el Premio Nobel de Literatura, un año en que su nombre dejó de figurar en la lista de favoritos donde ocupó un lugar permanente tiempos atrás como "candidato eterno".

Los autores agrupados bajo esa definición quedaban relegados así a un terreno de nadie, una parcela de consolación, una especie de limbo. Un periodista español pespunteó la noticia con un comentario mordaz: "este año, comentó, nadie daba una corona sueca por él".
El anuncio oficial lo hizo Peter Englund, secretario permanente de la Academia Sueca, al proclamar una decisión que, según indiscreción de uno de sus miembros, era firme y sólida desde días atrás. Ya sabemos quien es el ganador, comentó el académico resguardando su anonimato.
Con una obra sólida en el plano literario y unido al carro de los llamados escritores del boom, Vargas Llosa se ganó un lugar en la literatura en lengua hispana con libros como La ciudad y los perros, La casa verde, La tia Julia y el escribidor y, sobre todo Conversación en la catedral que el mismo considera su obra maestra.
Sin embargo, la argumentación de la Academia parece obviar su indiscutible rango literario al fundamentar su fallo con una párrafo que apunta más bien a consideraciones extraliterarias.
El lauro se le concede, expresa la cita textual, "por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la revuelta y la derrota individual".
Con posiciones marxistas al principio de su carrera, no tardó en apartarse de esa corriente ideológica para asumir un flanco político liberal, hipercrítico, distanciado del pensamiento de izquierda.
En opinión de investigadores y especialistas, esa postura suya no era coherente con la línea de la Academia Sueca, pero se sabe que los designios de es olimpo celestial anclado en Estocolmo pueden ser tan contradictorios como imprevisibles.
Para algunos, la concesión del lauro a Vargas Llosa tiene que ver con el hecho de conmemorarse este año el bicentenario de las luchas independentistas de los países de America Latina por su emancipación de España.
El novelista peruano reside actualmente en ese país europeo, sin haber abandonado su ciudadanía de origen. En 1986 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1994 el Cervantes de Literatura.
El último Nobel a un autor latinoamericano fue entregado hace dos décadas a otro escritor de ideas políticas controvertidas, el mexicano Octavio Paz, cuya contribución a la literatura en lengua hispana tiene un hondo calado perdurable.
Desde Estados Unidos, donde imparte un curso en una universidad norteamericana, el narrador y ensayista peruano afirmó sentirse muy conmovido con el Nobel ceñido por fin a sus sienes.

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