domingo, 12 de diciembre de 2010

¡Pobre padre “Pepe!, va renegar con Zamora más que con los narcos

El padre “Pepe”, que llegará a la diócesis de Añatuya para comprobar el unicato que impuso el gobernador Gerardo Zamora.
Este mes dejará la parroquia de la villa miseria de Barracas, Capital Federal, el reverendo José María Di Paola, conocido popularmente como el “Padre Pepe”. Allá, en Buenos Aires, fue amenazado por narcotraficantes, y aconsejado por autoridades eclesiásticas para que se ausentara del lugar, en razón de haber recibido un ultimátum de los malhechores a raíz de sus denuncias de tráfico y comercialización de drogas en Barracas y otros asentamientos capitalinos y bonaerenses.
Trabajará en la jurisdicción del Obispado de Añatuya, y ya viene pensando en cuestiones serias que le pasaron a la Iglesia de Santiago del Estero. Por ejemplo, aspira a encontrar explicaciones sobre los motivos y circunstancias en que falleció de modo valiente el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Gerardo Sueldo, el 4 de septiembre de 1998.
De todos modos, al menos cuando arribe a Añatuya va a encontrar un aliado, como es el padre Sergio Raffaelli, párroco de la ciudad, quien en un reportaje en la radio porteña Continental, le anticipó a “Pepe” con qué se va a encontrar cuando llegue a nuestro medio. Entre otras cosas, habló sobre el gobernador Gerardo Zamora: “Tiene dos discursos, uno para afuera, apoyando al gobierno nacional y otro para la provincia de Santiago del Estero”, describió Raffaelli.
De inmediato, también por la misma emisora, “Pepe” le respondió: “Voy a establecerme en Santiago por una decisión personal de seguir mi tarea pastoral en el interior del país”. Esa frase dice todo: “Pepe" va a ponerse al lado de la gente y en contra de los poderosos.
También Raffaelli le contó sobre la situación precaria de los campesinos de la provincia; víctimas de los desalojos y de la prepotencia de los empresarios que arrasan sus montes.
El párroco de Añatuya siguió con sus críticas a Zamora: “Se muestra amigo político de la presidenta (Cristina Fernández) Kirchner, pero se muestra de una manera para los de afuera y de otra manera para nosotros los habitantes de Santiago del Estero”.
Sin duda, el padre “Pepe” va a lidiar de entrada con este gobierno que nada sabe sobre cuestiones capitales como justicia social, igualdad de oportunidades y derechos.
La magnitud espiritual de este cura y su obra impecable y humanitaria con los más débiles y vulnerables, nos obligan a todos (en especial a los santiagueños) a ser custodios permanentes de la situación personal e institucional en el tiempo de su permanencia en la diócesis de Añatuya.
También cuando llegue a Santiago del Estero se va a informar cómo el obispo diocesano de Santiago del Estero, Francisco Poli ha prohibido a sus curas a hablar en sus charlas u homilías sobre la realidad social, política e institucional de la provincia.

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