lunes, 4 de abril de 2011

Frías y drogas: Salim desoye a la justicia hace tres meses

Intendente de Frías, Néstor Rubén Salim.
Nueve de cada diez frienses tienen mucha bronca por la falta de democracia en la ciudad y, sobre todo, por la impunidad y la desfachatez con las que se maneja el intendente Néstor Humberto Salim.
El pueblo entero conoce que gestiona, administra y se mueve como patrón de estancia. No respeta, por ejemplo, los mandatos de los jueces.
Hay que saber que hace más de tres meses la jueza del Crimen Gabriela Núñez de Cheble ordenó al Concejo Deliberante, con mayoría salimnista, que tome juramento al concejal del Partido Justicialista, Luis Alberto Villavicencio, legítimamente elegido por la ciudadanía el 5 de septiembre del año pasado.
Es que esa mayoría sabe Salim, antojadiza e inconstitucionalmente, había impugnado los títulos de Villavicencio y, sin ninguna consideración, tomó juramento a Carla Marisel Revainera, también de la lista del PJ, pero cooptada y alineada ahora al bloque del intendente.
Carla, a días de los comicios, registró en Frías el primer caso de transfuguismo en la política pueblerina. Hasta el otro día de las elecciones militó en el PJ, liderado por el abogado Juan Manuel “Nano” Baracat, y luego se pasó al salimnismo.
Lo cierto que una resolución judicial indica cómo las cosas deben ponerse en su lugar: o sea, que Villavicencio asuma la banca y Carla quede al descubierto que usurpó y pisoteó, junto a su nuevo jefe, Néstor Humberto Salim, las instituciones democráticas de Frías.

En otra cosa

Salim, claro, está dedicado a cuestiones ajenas a la democracia y a la institucionalidad de su comuna.
La jueza puede esperar 100 o mil días. A él lo tienen sin cuidado los fallos de los jueces. El que manda en Frías es él y el resto se subordina.
Del mismo modo, con el apoyo irrestricto de su ex “empleado” y actual ministro de Gobierno, José Emilio “Pichón” Neder, Salim sigue zafando de graves denuncias por múltiples delitos contra la administración pública y los derechos humanos.
También continúa su itinerario delictivo al contratar obras a una empresa que es suya, aunque figure como dueño un familiar directo. Se maneja en automóviles lujoso que adquiere con fondos públicos. Construye un hotel (para una amiga) y, al mismo tiempo, la nueva terminal para beneficiar, justamente, el emprendimiento de una personita muy allegada. No se puede ser tan descarado y desvergonzado: las dos obras, la oficial y la particular están enfrente. Encima, las máquinas viales de la comuna se entreveran con las de la empresa Movitier que todo Frías sabe que es del intendente. ¿Nadie va a investigar este desfalco?

Crimen

Entre tanto, todavía la ciudadanía friense aguarda que su intendente ponga en conocimiento de la Justicia Federal, Gendarmería y hasta en la DEA, en nombre de los que ingresan, distribuyen y comercializan drogas en su pueblo. Al menos eso dijo a la prensa.
Del mismo modo, la justicia y el pueblo esperan con ansiedad que Néstor Humberto Salim cuenta la verdad de lo que le dijo en una llamada al teléfono móvil el policía Jonatan Barrera, a minutos de que fuera asesinado.
Es seguro que Salim sabe en qué andaba, a quién perseguía y de quiénes recelaba Jonatan. Cuando éste intendente diga la verdad, capaz que podamos conocer los nombres de los autores de este horrendo suceso que conmociona a Frías y a todo Santiago del Estero.

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