sábado, 2 de abril de 2011

La Afip sigue agrediendo al campo

Editorial de La Nación, de Buenos Aires.
La insólita pretensión de la Afip de que se informe la fecha de las cosechas revela ignorancia, mala fe y afán persecutorio.
Unos días antes del comienzo de la cosecha de granos muchos productores agropecuarios están recibiendo inauditas cartas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip)) por la cual les solicitan diversas informaciones.
La Afip procura saber la fecha y hora en que se realizará la cosecha de la superficie sembrada, la duración aproximada de la recolección, la cantidad de hectáreas sembradas, su localización, el nombre y número de teléfono de contacto de la persona responsable de la cosecha y, además, si se utilizará maquinaria propia o de terceros y, en este último caso, el nombre y Cuit del prestador del servicio.
Asimismo, solicita que esta información sea enviada por correo electrónico con una antelación no inferior a 48 horas.
La pretensión de la Afip, además de insólita, muestra encono y un total desconocimiento de las actividades agropecuarias, las que están relacionadas con diferentes factores, tanto biológicos como climatológicos, además de los propios de la logística del sector.
¿Cómo hace un productor para avisar 48 horas antes del inicio de las tareas de cosecha, si para ello necesita saber si el grano está en óptimas condiciones para su recolección? No sólo debe constatar que haya poca humedad, sino que debe haber piso para poder recolectar, entre muchísimos otros factores.
Muchas veces, la inminencia de alguna inclemencia del tiempo -lluvia, estado de los caminos- puede adelantar las previsiones de cosecha, así como acelerar el tiempo de duración de la recolección, algo también muy difícil de predecir.
Por otra parte, se reitera el pedido de información en cuanto a la cantidad de hectáreas sembradas, las que debieron haber sido informadas previamente por los mismos productores, a fin de dar cumplimiento al régimen de información de capacidad productiva instituido por la misma Afip y que se toma como base para la emisión de las cartas de porte.
En cuanto a la utilización de maquinaria de terceros, resulta casi imposible predeterminarlo, por cuanto los productores dependen de los contratistas rurales y de su organización, que muchas veces, bajo su responsabilidad, subcontratan las tareas de recolección, a fin de optimizarlas.
Precisamente, muchas veces, al depender de terceros para las tareas de recolección, es muy difícil precisar la fecha y hora del inicio de la recolección y, mucho menos, su duración.
Si bien la información solicitada por la Afip se encuadra dentro de sus facultades de investigación, dado el contexto en que se ha implementado, ésta se inscribe dentro del marco de persecución que sufre el campo por parte de las actuales autoridades.

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