viernes, 1 de abril de 2011

Se pianta un lagrimón

Por Cantera Popular, movimiento juvenil radical.
Don Raúl, recordados por los jóvenes radicales.
A veces, aquellos que se van son tan grandes que no notamos su ausencia, salvo en los momentos críticos.
A veces, quienes necesitamos una guía, nos remitimos inexorablemente a algún gesto, hecho, frase o algo que sirva para lo que estamos viviendo.
Esto sucede con Raúl Alfonsín. Lo vigente, lo invariable, lo necesario es su legado.
Pocos Presidentes de la Argentina hicieron tanto para que los hombres y mujeres de la patria la amen tanto, vivan tan intensamente la libertad, valoren tanto sus derechos.
Esto sucedió con Raúl Alfonsín.
A los radicales nos dejó claras señales de por dónde debía transitar la militancia. Siempre junto a quienes menos tienen, siempre en un proyecto nacional, popular y socialdemócrata, siempre luchando por un país distinto al que tenemos hoy, donde las corporaciones son muy fuertes y se han robustecido, donde es necesario limitar sus acciones, para un país de iguales
Su dimensión, su valía la entendimos los radicales casi siempre. La sociedad argentina también empieza a asimilar lo que implica su pérdida para la transformación de nuestra sociedad en una sociedad democrática, de respeto, de valor intelectual y el del otro, el valor entendido como único y en toda su universalidad.
Su gestualidad y sus miradas son permanente recuerdo. Sus palabras cobran un valor que se llama legado. Sus actos son enseñanzas que podemos transmitir cada día a nuestros hijos, a nuestros amigos, a nuestra gente.
Nadie Hizo tanto por la construcción de la ciudadanía. Eso equivale hoy y siempre, a la construcción de igualdad de derechos, igualdad de oportunidades, igualdad de un futuro concreto, igualdad en el disenso.
Por supuesto que lo extrañamos y que nos hace falta. Pero aun, en el dolor de su ausencia, seguimos adelante, en el convencimiento de que hay que seguir ideas y no hombres, tal cual él nos enseño.

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