viernes, 29 de julio de 2011

Hay 700 mil jóvenes que no estudian ni trabajan

Preocupante informe de la consultora SEL sobre los jóvenes en la Argentina.
Una de cada tres personas del sector más pobre de la sociedad no encuentra inserción laboral, al tiempo que unos 700.000 jóvenes no estudian ni trabajan, según revela un informe elaborado por la Sociedad de Estudios Laborales (SEL).
El documento destaca que “en la población económicamente activa del cuartil de menor ingreso per cápita (es decir, el 25 % inferior), el desempleo supera el 17 %, el doble que el promedio, a lo que hay que agregar otro 15 % que tiene trabajo de manera intermitente, esto es, rota entre ocupaciones informales de corta duración (menos de tres meses) con episodios recurrentes de desocupación. En otros términos, en la base de la sociedad todavía está muy extendida una precariedad laboral extrema”.
El SEL pone de relieve también que “la situación de los jóvenes sin estudio y sin trabajo es un ‘problema creciente‘, desde mediados de los años 90, y a la vez ‘una base principal de la violencia urbana’”.
El informe precisó que “hay unos 700 mil jóvenes en el segmento de 15 a 24 años que no estudian ni trabajan, o sea 150 mil más que a la salida de la crisis en 2003. Prácticamente la totalidad de este aumento se produjo a partir del segundo semestre de 2007”.
“Éstos constituyen un caso extremo de exclusión, y probablemente como consecuencia de ello, una base principal de la violencia urbana”, planteó.

Crecimiento

La consultora dirigida por Ernesto Kritz destacó que “lo llamativo y preocupante” es que esta situación se da pese “al crecimiento de la economía, la mejora en el mercado de trabajo y el significativo esfuerzo en el presupuesto educativo”.
“La proporción de jóvenes de 15-24 años en esta situación no ha cesado de crecer. En 2003, era de algo menos de 8 por ciento y ahora es de casi 10 por ciento”, alertó.
En este sentido, indicó que prácticamente la totalidad del aumento se produjo a partir del segundo semestre de 2007.
El estudio remarcó que el problema “es especialmente serio en los sectores de menores ingresos”.
Según puntualizó, en el cuartil inferior, la proporción de jóvenes de 15-24 años que no estudian ni trabajan es de 15 por ciento, lo que representa un incremento de casi 4 puntos respecto de 2003. “También aquí el salto ocurrió en el segundo semestre de 2007”, subrayó.
El informe sostuvo que es “difícil explicar” el crecimiento de los jóvenes en situación de exclusión extrema.
No obstante, evaluó que “posiblemente tiene que ver con su bajo capital humano”, dado que la mayoría son desertores tempranos del sistema educativo, lo cual “es dificulta competir en el mercado laboral”.
También consideró que, en un escenario de más corto plazo, puede estar vinculado “con el aumento de las disparidades salariales, ya no sólo entre los empleos de buena calidad y los empleos informales a los que con ese déficit competitivo quedan casi siempre restringidos, sino con las alternativas de ingresos fuera del mercado, incluyendo a veces las no legales”.

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