Moreno Ocampo, un argentino que desde La Haya defiende los derechos humanos en todo el mundo. |
Gbagbo es el primer ex jefe de Estado puesto a disposición de la CPI, tribunal penal internacional permanente creado en 2002 para juzgar a autores de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.
Moreno Ocampo, nacido en Buenos Aires en 1952, se forjó como fiscal en los años 80 en los juicios contra los principales responsables de la junta militar argentina.
Uno de sus primeros casos en la Argentina fue el juicio contra el ex dictador Jorge Rafael Videla, juzgado junto a otros ocho responsables de la junta militar (1976-1983) que hizo desaparecer a por lo menos 30.000 personas, según organizaciones de derechos humanos.
Durante seis meses, el joven fiscal adjunto organizó audiencias en las que interrogó a más de 800 personas mientras su madre se indignaba por su persecución a Videla, ese "buen católico" al que ella veía todos los domingos en misa.
Moreno Ocampo fue después abogado y militante de los derechos humanos antes de aceptar en 2003 el difícil puesto de primer fiscal de la CPI.
"Repite sin cesar que es el trabajo más fantástico del mundo. Trabaja las 24 horas del día, dice que es una suerte extraordinaria haber sido designado para hacer justicia a las víctimas de Darfur o de Uganda", explicó su colaboradora, Beatrice Le Fraper.
En ocho años, el argentino ha logrado que la Corte emitiese órdenes de detención contra presuntos autores de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire), Uganda, República Centroafricana y la provincia sudanesa de Darfur.
También logró que fuesen trasladados a La Haya cuatro sospechosos: tres milicianos congoleños acusados de reclutar a niños soldados y de crímenes sexuales, y al ex vicepresidente congoleño Jean Pierre Bemba.
Hace dos años, consiguió que el tribunal de La Haya ordenara la detención del presidente sudanés Omar el Bashir, aunque sin lograr su detención por ahora.
De una elegancia discreta, este cincuentón de barba canosa, vestido a menudo con traje negro y camisa blanca, tiene cuatro hijos y una esposa que permaneció en Buenos Aires debido a su trabajo.
Moreno Ocampo recorre incansablemente el planeta, reclamando más cooperación ante las organizaciones internacionales, los jefes de Estado y diplomáticos, siguiendo el trabajo de sus investigadores y juristas o recibiendo a las ONGs.
Consejero del Banco Mundial y miembro de Transparency International, una ONG que lucha contra la corrupción, Moreno Ocampo fue también abogado de personalidades como el futbolista Diego Armando Maradona y profesor en prestigiosas universidades como Harvard.
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