"Caín", el último libro del escritor portugués José Saramago, levantó polémica apenas fue puesto a la venta, cuando el Episcopado de Porgutal consideró que se trataba de una mera "operación publicitaria" del Premio Nobel de Literatura 1998.
El libro, que narra con tono irónico la historia bíblica de Caín, el hijo de Adán y Eva que mató a su hermano Abel, fue presentado en Penafiel (norte) por su autor.
"La Biblia es un manual de malas costumbres, un catálogo de crueldad y de lo peor de la naturaleza humana", dijo Saramago, para quien sin la Biblia, "un libro que tuvo mucha influencia en nuestra cultura y hasta en nuestra manera de ser", los seres humanos serían "probablemente mejores".
El novelista denunció "un Dios cruel, envidioso e insoportable", que "solamente existe en nuestras mentes", y aseguró que su obra no causará problemas con la Iglesia católica, "porque los católicos no leen la Biblia".
"Admito que el libro pueda molestar a los judíos, pero poco me importa", agregó.
El portavoz de la Conferencia Episcopal Portuguesa, Manuel Marujao, calificó el libro de "operación publicitaria".
"Un escritor de la dimensión de José Saramago debería tomar un camino más serio". "Podrá hacer críticas, pero entrar en un género de ofensas no le sienta bien a nadie, y menos a un Premio Nobel", afirmó.
El rabino Elieze du Martino, representante de la comunidad judía de Lisboa, aseguró que "el mundo judío no se va a escandalizar por los escritos de Saramago ni de nadie".
Saramago había levantado olas en 1992 con su "Evangelio según Jesucristo", en el cual mostraba a un Jesús que perdió su virginidad con María Magdalena y que era utilizado por Dios para extender su poder en el mundo. El escritor se marchó luego de su país, y se instaló en Lanzarote, en el archipiélago español de las Canarias.
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