Por Juan Carlos “Chungui” Chazarreta, educador sanitario (DNI 23.282.185)
Me dirijo a todos mis compañeros de lucha, en Salud. A Ustedes que ven y viven lo que nos pasa a diario, que día a día afrontan la oscura realidad que se nos presenta, sin medicamentos, sin insumos, con sueldos de hambre y miseria. A todos los que queremos un sistema de salud al servicio del pueblo, donde los que menos tienen, los olvidados, tengan la atención que se merecen.
Les comento que soy un trabajador de la Salud de la provincia de Santiago del Estero (soy educador para la Salud, titulo universitario- es una tecnicatura). Tengo un contrato de locación por el cual me pagan $760. Estoy trabajando en esas condiciones hace 1 año y 10 meses. Hasta el mes pasado trabajaba en el hospital de Selva (Rivadavia) distante a 330 km de la Capital. Viajé casi 2 años a desempeñar mi trabajo en dicho hospital. Todas las semanas recorría casi 700 Km. dejando a mi familia lejos, sin que me paguen viáticos, pasajes, etc.
Los centros de Salud no funcionan porque no tienen medicamentos, insumos, y porque el 80% de los trabajadores del sector tiene contrato basura. Y porque la Salud nunca es accesible al pueblo nos organizamos y comenzamos a luchar.
Logramos constituir la Asamblea de Trabajadores Autoconvocados, porque los gremios de la Salud vivieron entregando a los trabajadores. Hicimos dos marchas. En una nos recibió el ministro de Salud que no dijo nada y menos resolvió la problemática. Pedimos aumento de sueldos, pase a planta, aumento de presupuesto de Salud. En la segunda marchamos a Casa de Gobierno y no nos recibió nadie.
No hay respuestas de un gobierno (radical K) al que no le importa las necesidades del pueblo y de los trabajadores que brindan Salud. Mientras se afanan la plata a dos manos dicen que no hay fondos para Salud y tantas cosas que se necesitan.
Hoy, en mi trabajo (por suerte hace una semana me dieron el traslado y ya estoy en la Capital, cerca de mi familia) me acaban de notificar que me rescinden el contrato (sin causa aparente). Sabemos que no es así. La idea es meter miedo y no permitir que nos organicemos y luchemos.
Esa es la respuesta que da el gobierno al reclamo de las necesidades que tenemos. Pero lo único que logran es que tengamos más bronca, que juntemos más fuerzas, que nos terminemos con convencernos que solo la unidad y la lucha puede cambiar el rumbo oscuro al que nos llevan. Desde mi humilde lugar, desde mi trabajo, desde mi puesto de lucha, los acompaño, los saludo y les digo que no aflojen, que no bajen los brazos.
Ya tronará el escarmiento.
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