El ministro de Justicia de Gerardo Zamora, Ricardo Daives, era delegado a la Convención Nacional cuando tenía pertenencia a la UCR, pero cuando se pasaron todos al kirchnerismo se quedaron sin partido. Son, ahora, ex radicales que profesan los ideales y practican el estilo de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner.
Eso lo entienden varios, comenzando por Zamora. Saben que no vuelven más a la histórica UCR. Pero Daives se cree más pícaro que todos y se fue a la Convención Nacional que eligió al mendocino Ernesto Sanz como nuevo jefe radical, en reemplazo del jujeño Gerardo Morales.
Primero, Daives, como si nada pasara entre los radicales de Santiago, saludó con gestos amistosos a José Zavalía. Luego fue a ver a Sanz y le preguntó qué hacer. El mendocino fue clarísimo: “Muchachos, ustedes militan en el kirchnerismo. No pertenecen más al radicalismo. No los van a acreditar y, por ética, no aparezcan porque no los van a dejar votar. Yo les agradezco mucho que tengan la idea de votarme a mi, pero es poco ético que ‘jugados’ como están con el kirchnerismo, pretendan decidir en una elección de la UCR”.
Daives y tres ex convencionales, también santiagueños, se fueron nomás al plenario del radicalismo puro, hasta que advirtió sus presencias un intransigente delegado sanjuanino, quien detuvo el debate y les pidió a los cuatro convencionales truchos de Santiago del Estero que se retiren inmediatamente del recinto. Daives se quiso envalentonar y el sanjuanino fue hasta su asiento, le pegó una patada en los tobillos y lo sacó a empujones de la convención.
Al margen del papelón del ministro de Zamora, ¿cómo éste Daives se va a comportar como un “cuadrito” frente a tamaños “cuadrazos” políticos del radicalismo nacional a los que intentó burlar?
Y, ¿qué hace Zamora que no lo saca a patadas porque ahora Kirchner le va a pasar la factura diciendo que hay ministros que van a las reuniones de sus más acérrimos adversarios los que, todos los días, lo están denunciando de corrupto a él y a la esposa Presidente?
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