Roberto Azaretto
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| El autor de la nota. |
La construcción de un aeropuerto en Las Termas es un disparate que solo se explica si nos ponemos en desconfiados y pensamos que se está preparando un gran negociado.
Santiago del Estero tiene un vuelo diario solamente seis días a la semana y la frecuencia se reduce a cuatro días en verano por falta de pasajeros. Tucumán que está un poco más distante de las Termas, tiene seis vuelos diarios.
Si en otros tiempos se hubiera encarado con racionalidad la construcción de aeropuertos, en vez de uno en Tucumán y otro en Santiago habría uno solo entre ambas capitales en la ciudad termal. Unidas las ciudades por una buena autopista, Tucumán y Santiago tendrían un viaje seguro y rápido para abordar un vuelo o regresar.
Como en otros casos: Corrientes y Resistencia, Santa Fe y Paraná, Salta y Jujuy, prevaleció el localismo y el consecuente derroche de recursos.
De cualquier manera la solución beneficiosa para la gente, que en su mayoría no viaja en avión es la construcción de la autopista entre Santiago y Tucumán. De acuerdo a los valores que se pagan en San Luis, esta obra podría costar setenta millones de dólares (*). Así los termeños se acercarían más a los dos aeropuertos pues estaría a unos 35 minutos de ambos y el tráfico automotor entre las dos ciudades capitales ganaría en seguridad y rapidez.
En reiteradas oportunidades se ha señalado que en la repavimentación de la ruta entre Loreto y Frías se está pagando 530 mil dólares el kilómetro cuando el costo real es de 98 mil dólares, según un estudio de los mejores especialistas viales del país.
El problema es que aquí se sobre-factura con los fondos que reparte el ministro Julio de Vido, para atender la presión de empresarios de la construcción, en este caso locales que buscan apoderarse de los fondos federales.
(*) Costos reales como los de San Luis y no costos santiagueños.
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