jueves, 21 de octubre de 2010

Aeropuerto: los únicos beneficiarios serán quienes lo construyen

Por José Luis Zavalía (diputado de la UCR)

A comienzos de octubre el gobierno de Santiago del Estero abrió una licitación pública para construir un aeropuerto en las Termas de Río Hondo. Una sola empresa se presentó, lo cual no deja de llamar la atención, pues el monto destinado para esta convocatoria es superior a los cuarenta millones de dólares, es decir, ciento sesenta millones ($160.000.000).
Esta sucesión de mega construcciones que vive en los últimos años Santiago del Estero -parecida a la de la provincia de Santa Cruz-, contrasta con la situación de pobreza general soportada por la inmensa mayoría de sus habitantes.
Atrás y alrededor de la mega terminal climatizada se apiñan centenares de personas en pequeñas viviendas con recursos apenas lo suficientes como para sobrevivir bajo heladas o aguaceros. Niños descalzos son alejados de los turistas por guardias siempre alertas.
En las adyacencias de la autopista Leopoldo Lugones, inaugurada por Kirchner y Hebe de Bonafini días antes de las elecciones locales para intendente, solamente hay "polvo y espanto", como el aforismo que dio fama a la conocida novela de Abelardo Arias, descriptiva sobre la tiránica época en que gobernó Santiago Juan Felipe Ibarra.
Acerca del aeropuerto en Las Termas, podrían argumentarse razones de necesidad industrial o económica. Incluso de índole social para justificar la construcción de un aeropuerto. En este caso sería totalmente absurdo.
En la ciudad de Santiago del Estero contamos ya con un aeropuerto utilizado alternativamente a lo largo de muchos años por varias empresas privadas o estatales. Los viajes de ida y vuelta a Buenos Aires se efectúan sólo algunos días de la semana. Ello por la escasez de pasajeros, dado que incluso cuando el avión puede salir lo hace generalmente con la mitad o poco más de su capacidad rentada.
¿En razón de qué, entonces, vamos a construir otro aeropuerto? ¿Se sueña con seducir al mercado aeronáutico de Tucumán? ¿Se cree que los santiagueños viajarán los 70 km que los separan de Río Hondo para volar desde allí?
Ni siquiera razones turísticas pueden esgrimirse para sostener a esta nueva irracionalidad administrativa. El turismo que viene a Termas de Río Hondo se compone mayoritariamente por jubilados o personas de la tercera edad, a veces, beneficiarios del Pami. ¿Zamora alucina, por ventura, que esa franja de la sociedad optará por el turismo en avión, sólo porque se construya en Río Hondo este lujoso aeropuerto?
Un respetado analista local hizo públicos recientemente estos conceptos:
"Es llamativo que para una obra con ese presupuesto que interesaría a empresas y consorcios de envergadura, se haya presentado una sola oferta a cargo de una modesta SRL como es Mijovi, según la información de El Liberal del día siguiente. Máxime cuando se informa que los pliegos exigen experiencias en estas obras.
"Parece una obra dibujada a medida de esta empresa de uno de los hermanos Sarquiz, que factura cantidades llamativas de obra pública en esta provincia que, con Chaco, Tucumán y Santa Cruz, son las preferidas del ministro de Planificación Federal Julio de Vido para concretar obras en cantidad y a precios, que suelen superar tres y a veces cinco veces el valor real de las mismas.
"En definitiva estamos ante una obra innecesaria, de escasa rentabilidad social, costosa y con sobreprecios."
No nos sorprendería que esto fuera realmente así, dada la tendencia demostrada por el kirchnerimo, a lo que podría llamarse "la ganga de las mega construcciones". Su fiel discípulo santiagueño, Gerardo Zamora, parece haber adoptado como doctrina esencial las "razones de Estado" infundidas por sus asiduos visitantes Abal Medina y De Vido.

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