sábado, 3 de octubre de 2009

La Argentina o Corruptilandia, vos eliges


Por Carlos David, ingeniero industrial.

Lo que ocurre en la República Argentina es, a mi criterio, causado por una “crisis moral de nuestra sociedad”. Veamos, la moral en la Nación ha dejado de existir simultáneamente con la independencia de los poderes y el cumplimiento de los principios constitucionales.

Tenemos un “chantamento”, “charlamento” o Parlamento, como ustedes quieran llamarlo, totalmente servil que obedece sin inmutarse las órdenes más inmorales que jamás se hayan dado a un grupo de dependientes, porque así se los debe llamar a los chantamentarios, dependientes. Con leyes que prorrogan las inconstitucionales facultades legislativas, las estadísticas y metodología del Indec, la actual estructura del Consejo de la Magistratura, la intromisión en negocios deportivos para nada claros, una ley de radiodifusión que, según los analistas internacionales es similar a la de la Venezuela del petrolero Hugo Chávez.

Todo esto me hace presumir que en nuestro país no hay ningún límite fijado para al poder desmedido, descontrolado y compulsivo de un gobierno, el nuestro, que está obsesionado en ver enemigos, conspiradores, que niega a gritos la existencia y el aumento de la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la inseguridad, el narcotráfico, el analfabetismo y, como si esto fuera poco, la corrupción.

Sin embargo, y mal que nos pese, hay que reconocerle un mérito: han abierto el camino para que la Argentina se convierta en la nueva Corruptilandia, pais donde el que no sea “inmoral” no tendrá lugar. Han desparramado el virus de la corrupción contagiando gravemente a la mayoría de nuestra sociedad en forma fulminante, más que cualquier pandemia conocida. Los que resisten al virus serán perseguidos por los enfermos para lograr su contagio o. por el contrario, acusarlos por no dejarse contagiar. Quien se mantenga inmune al contagio será aislado y se informará a la sociedad mayoritariamente enferma que este ciudadano no es digno y será discriminado por los principales padrinos de la “inmoralidad”.

La Argentina no tendrá salida mientras los que sufren esta enfermedad sigan manejando la Nación. Por el contrario, nos hundiremos aún más. Recuerden que los inmorales al igual que los psicópatas no sienten culpa alguna y, como estén en el poder, pueden ordenar a los chantamentarios y/o parlamentarios que dicten una ley de amnistía. Debemos recordar que amnistía es un acto por el que el gobierno perdona, casi siempre, las injusticias que ha cometido.

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