Viajar en colectivo, a partir de ahora cuesta 1 peso con 50 centavos. La medida se tomó durante el receso del Concejo Deliberante. Recomendación, ponerse la antitetánica antes de subir al ómnibus.
Desde el primer minuto de hoy, quienes viajen en colectivo en Santiago, pagan su boleto con 25 centavos de aumento. El precio fue aumentado y el boleto cuesta un peso con 50, según se supo. La medida fue anunciada por la municipalidad entre gallos y medianoche, durante el receso del Concejo Deliberante y acallada por casi todos los medios, como siempre.
La decisión del intendente Hugo Infante (que deberá ser refrendada por el Concejo, una vez que se reúna, en marzo) fue la excusa que otros involucrados en el sector estaban esperando para atarse al carro triunfal de los transportistas. Así, en paralelo también aumentó el boleto de los colectivos y combis que hacen viajes a casi todos los otros puntos de la provincia y como un eco insoslayable los remiseros ya exigieron también una suba a sus tarifas. Además los dueños de transportes escolares ya están reclamando lo que les corresponde, todo esto, claro en el marco de la sinrazón autorizada por Infante.
Mientras los salarios no registran (ni registrarán según anunciaron desde las altas esferas) nuevos aumentos, viajar en la Madre de Ciudades se ha convertido en un servicio sólo para bolsillos privilegiados.
Los transportistas llegaron a la ciudad con una serie de beneficios que hacían de esa empresa una verdadera prebenda. Incluso cuando los recorridos fueron acomodados para hacer más suculentas las ganancias, por las calles se siguen observando los mismos sufridos colectivos de 30 años atrás.
La estrepitosa caída de Julio Alegre, quien supuestamente “apretaba” a los empresarios para que le dieran una parte de las ganancias no mejoró el transporte público de la ciudad como se supuso que sucedería, una vez que se libraran de quien los “oprimía”.
Si siguen faltando unidades para que el servicio funcione las 24 horas del día y los siete días de la semana, si las frecuencias de algunas líneas siguen tan espaciadas como antes y muchos colectivos se quedan a mitad de camino por obsoletos, qué es lo que se está premiando con este aumento, se preguntan muchos usuarios.
El Dakkar
Mientras, viajar hoy en la ciudad sigue siendo una aventura a la vez, con un riesgo quizás más grande que el Dakkar. Todavía no desaparecieron esos colectivos vetustos, sin vidrios en las ventanillas, con el piso agujereado y los asientos rotos. Las unidades sucias y oxidadas siguen llevando gente como si fuera ganado y desde luego los fines de semana, encontrar un colectivo es un lujo que pocos pasajeros se pueden dar. Arriesgarse a tomar un colectivo sin antes haberse puesto la antitetánica, en muchos casos es un error fatal en Santiago del Estero.
¿Las empresas pierden plata?
Quién puede decir que las empresas están perdiendo plata. Revisemos algunas cifras. A 1,50 pesos el pasaje, si un colectivo corta por turno 400 boletos, produce una ganancia de 600 pesos, que se debe duplicar porque cada unidad trabaja en doble turno. La cifra final por colectivo por día, será de 1.200 pesos.
Si una empresa tiene un mínimo de 20 unidades, por día facturará 24.000 pesos y al mes unos 720.000 pesos. Estos números hablan de muy claro. Quien se refiera al mal momento que atraviesan las empresas de transporte, no hace nada más que engañar a la gente para esquilmarle el ya flaco bolsillo.
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