Comenzó el séptimo día de Adriana sin ingerir alimentos. Su cuerpo comienza a sentir los efectos. Ya padece anorexia, mareos y calambres en manos y piernas. Sin embargo, su mente, sus ideas y sus convicciones permanecen intactas. Está preocupada no por ella, sino por sus compañeros trabajadores reprimidos por la Guardia de Infantería de la policía de Santiago del Estero.
Pero no terminan ahí las provocaciones. El gobierno envía a sus acólitos a simular que son pacientes o familiares, y algunos, muy pocos, se animan a acusar a Adriana de inventar la huelga, de ingerir alimentos, etc. Son los ruines, los “conciencia comprada”. También algún dirigentucho, para congraciarse con el gobernador envía una patota a robar las banderas que informan al pueblo que hay una huelga de hambre, y que lo hacemos porque la Salud de la provincia no se vende; se defiende.
Que a pesar del miedo y la persecución gremial y política hay dignidad en los auto-convocados de Salud, cansados de poner parches a un sistema colapsado, abandonado por este gobierno, sin recursos humanos, sin remedios para los pacientes, como sucede hoy con los que sufren VIH-SIDA. Con hospitales cada vez con menos médicos, pues han sido cesanteados 32 profesionales, agentes sanitarios, técnicos anestesistas.
¿Qué reclamamos?
1. Que la Salud sea tomada como política de Estado para resolver la desnutrición, el embarazo adolescente, la parasitosis, el dengue, gripe A, etc.
2. Aumento de salario acorde con la canasta familiar, de $2400. Hoy el sueldo básico es de $560.
3. Hospitales con recursos humanos, con remedios, con aparatos de alta tecnología, con bancos de sangre para las cirugías, con ambulancias, etc.
4. El 82 % móvil en las jubilaciones, porque después de 30 años de servicio, un médico se jubila con $1600.
5. Aumento para los médicos residentes, porque tienen los sueldos más bajos del país.
6. Es inconcebible que sólo por exigir el cumplimiento de estos puntos, el gobierno se oponga a dialogar e implemente la amenaza de perder el trabajo a los que adhieren a esta lucha, o los cesantea o los reprime.
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