miércoles, 23 de marzo de 2011

Se inició la carrera electoral

Por Roberto Azaretto (miembro de la Academia Argentina de Historia).

Los encuestadores más serios reconocen que uno de los baluartes de Cristina Kirchner es el Norte del país, debido a la pobreza de la región que hace que los electores vendan sus votos a cambio de bolsines y  planes para no trabajar. Se trata de estados donde se benefician las oligarquías gobernantes gracias al manejo de la coparticipación federal y los sobreprecios de las obras públicas, que financia el gobierno nacional con el dinero que recauda en las regiones productivas del país.
En las presidenciales del 2007 Cristina Fernández obtuvo en Catamarca el 70 % de los votos. Hoy, entonces, no es para festejar el hecho de obtener el 48 % en las recientes elecciones de gobernador de esa provincia. Además, se impuso el cristinismo gracias al apoyo de los 11 puntos que aún conserva Ramón Saadi. (Por supuesto, ese respaldo le erosiona votos a Cristina en los grandes padrones nacionales donde los votantes no venden su dignidad).
En Chubut, Cristina sacó el 70 % en el 2007. Ahora, quiere decir que si el domingo obtuvo 37 puntos, no es para festejar.
La realidad  de la Patagonia es distinta a la del Norte.
En el Sur del país hay excelentes salarios vinculados a las industrias petrolera y minera que exceden los diez mil pesos mensuales para operarios de las empresas vinculadas a esas actividades. Es decir que es un electorado más libre que puede, en parte, estar satisfecho con la realidad o aspirar en otros casos a mejoras de otro tipo.

Panorama

Podemos, en principio, decir que hasta ahora es un mito la condición de invencible que se otorga a Cristina Fernández. El otro elemento es la debilidad estructural del radicalismo desde el desinfle de Julio César Cleto Cobos hasta la comparación de Ricardo Alfonsín con su padre. El dato cierto es que en el 2009 salieron terceros en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. Fue cuando el acuerdo de Felipe Solá, Mauricio Macri y Francisco de Narváez derrotaron con contundencia al autoritarismo corrupto de Néstor Kichner.
Es posible que estas dos elecciones provinciales decanten la selección de candidatos dando lugar a dos grandes coaliciones, la del oficialismo y la alternativa distinta que triunfó en el 2009 en Buenos Aires con sectores  peronistas, de centro e independientes.



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