Sigue el feudalismo en Catamarca

Por Roberto Azaretto (miembro de la Academia Argentina de Historia) .

Lo más importante de la elección catamarqueña del domingo pasado es que nada cambió políticamente en esa provincia. Eduardo Brizuela del Moral quiso un tercer mandato y el pueblo le dijo no a esa pretensión de eternizarse en el poder.
Por cierto que Catamarca se benefició y mucho con la renta minera que en parte se aplicó al desarrollo productivo y la infraestructura, aunque otra parte, sobre todo en los municipios, se dedicaron al clientelismo y el gasto corriente.
Sería en principio una buena noticia la derrota del Brizuela del Moral, quien conservó su caudal de los comicios del 2009, cuando ganó por ocho puntos ante su ex vicegobernadora que unificó al peronismo luego de 20 años.
Lo lamentable es que se reemplaza un feudalismo por otro. La reivindicación de Ramón Saadi, uno de los peores gobernadores de la provincia y la negación del crimen de María Soledad, culpando a los medios de su repercusión es una señal preocupante para la provincia y el Norte Argentino.
Esta nieta de Ramón Saadi, que fuera preso por el general Perón en 1952, harto de sus tropelías, que demostró su escasa formación en el célebre debate con el ex canciller Dante Caputo, antes el plebiscito donde la enorme mayoría del pueblo argentino votó a favor del laudo papal en la cuestión del Beagle y responsable, desde la presidencia de la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación, de la designación de numerosos delincuentes en la Justicia Federal, sobre todo en el Interior, como lo señalara con otras palabras días pasados el presidente de la Corte Suprema de Justicia.
La doctora Lucía Corpacci, senadora nacional, sin casi actuación en esa Cámara Alta, es sobrina política de Armando Bombón Mercado, ex marido de Alicia Kirchner, mientras su vicegobernador Dalmacio Mera es primo del gobernador de Salta. Todo en familia como en el siglo XIX.
Oligarquías gobernantes aunque sin la cultura de las de aquellos tiempos y con menos sentido del progreso genuino.
Vale la pena recordar que el infame crimen de Marísssa Soledad dio lugar a la Intervención Federal en la provincia, ante la complicidad del jefe de la policía en el encubrimiento del mismo y de otras figuras del oficialismo saadista.
Ramón Saadi tuvo además una conducta sospechosa en el tratamiento de la resolución 125 de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, votando a favor del gobierno - en una escandalosa negociación - para obtener prebendas para la familia.
El tribunal que actuó en el crimen de María Soledad, integrado entre otros por un santiagueño de prestigio como el doctor Santiago Olmedo, esclareció los hechos, condenó a los que se tenían pruebas fehacientes, liberó a otros ante el beneficio de la duda. Su sentencia fue ratificada por la Corte provincial y la Suprema Corte Nacional, en ambos casos por unanimidad.
Mal comienzo ha tenido la doctora Corpacci. Sus declaraciones han indignado a la opinión pública en los grandes distritos donde se decide la elección presidencial. Cristina Fernández, que ha tenido que soportar los dislates de Diana Conti y de Horacio González y los mercenarios de Carta Abierta, suma ahora una apología de la violación de los derechos humanos.