Por Laura Serra, en La Nación de Buenos Aires.
Las provincias argentinas tienen alto déficit y deudas que afrontar en 2012. |
Según la consultora Economía y Regiones, las provincias necesitarán 27.000 millones de pesos el año próximo para cubrir la totalidad de sus pasivos. Esta situación, que combina endeudamiento y déficit, inquieta a varios gobernadores que ya empezaron a reclamar, por medio de sus legisladores, que la Nación prorrogue el período de gracia para el pago de sus compromisos.
Por ahora, el gobierno no dio señales en ese sentido. Sólo prometió, como salvavidas, una asistencia de casi 15.000 millones de pesos, prevista en el presupuesto 2012, que se debate en estos días en la Cámara de Diputados. Sin embargo, esta ayuda permitirá cubrir apenas el 50 por ciento de las necesidades financieras.
Fin de la luna de miel
La oposición ya encendió las alarmas: de persistir esta situación de ahogo fiscal, los gobernadores no tendrán otra alternativa que someterse a la voluntad de la Casa Rosada y canjear sus favores por lealtad política, sostiene. La luna de miel entre la Nación y las provincias tocará su fin pronto, en enero del año próximo, cuando venza el período de gracia del programa de desendeudamiento que lanzó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en mayo de 2010 para aliviar la situación financiera de las provincias.
Ese programa estableció que, durante un año y medio, los gobernadores quedaban liberados de afrontar sus pasivos con la Nación, que, por ese entonces, rondaban los 75.000 millones de pesos.
La medida presidencial contempló, además, una reducción de parte de las deudas provinciales a través de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que acumuló la Casa Rosada hasta 2009 por 9808 millones de pesos. Una vez efectuada esa quita, la Casa Rosada reprogramaba el resto de la deuda de cada provincia con vencimiento en 2030, a una tasa fija del 6 por ciento anual.
Este programa de desendeudamiento provincial no fue un acto de puro altruismo del gobierno. Por aquellos meses de 2010, el Congreso estaba a punto de aprobar una ley similar, pero la Presidenta se le adelantó.
Los gobernadores aplaudieron la medida a rabiar, ya que gracias a ella podían afrontar los meses clave de campaña electoral con más fondos en sus bolsillos y menos presión para afrontar sus deudas con la Nación. Este 2011 fue récord en reelecciones y festejos para los oficialismos provinciales.
Pero con la tregua a punto de finalizar, los gobernadores chocan otra vez con la realidad de sus menguadas arcas provinciales y, para peor, con un contexto internacional complicadísimo, que poco y nada podría ayudarlos a la hora de buscar financiamiento.
“La variable clave de 2012 para las finanzas públicas provinciales será el financiamiento de su deuda, no sólo porque 17 provincias que firmaron el programa de desendeudamiento volverán a afrontar sus vencimientos con la Nación, sino también por las mayores dificultades para financiarlos, tanto por causas internas -una menor holgura financiera del gobierno central para refinanciar vencimientos y la suba de tasas de interés, que aumenta el costo del financiamiento vía letras y préstamos bancarios- como externas, generadas por las turbulencias financieras en Europa y Estados Unidos”, advierte la consultora Economía y Regiones en su informe.
Ante lo inquietante de su situación, algunos gobernadores comenzaron, tímidamente, a acercar sus planteos a la Casa Rosada.
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