Por millones de razones, el entonces jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, el ex cavallista Alberto Fernández, operó para que la reforma constitucional que procuraba el interventor de Santiago del Estero, Pablo Lanusse, fuera neutralizada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
También por millones de razones orquestó con José Luis Zavalía, por entonces senador, para que presentara el recurso contra la reforma lanussista; en tiempos cuando “el zaino” era funcional a los postulados del ala más kirchnerista, como era la que encarnaba el “Beto” Fernández. (Por aquéllos tiempos, hay que recordar, Pablo Lanusse no respondía a ninguna operación personal del entonces hombre fuerte del gobierno nacional.
Por otras millones de razones, también el ”Beto” dividió a las tres corrientes del peronismo santiagueño (figueroísmo, cantismo y juarismo), facilitando que alcanzara la Gobernación el radical Gerardo Zamora, con el compromiso de pasarse, de inmediato (disfrazado de transversal) al kirchnerismo puro.
Todo esto debería confesar el tal Fernández, así como ahora habla sin tapujos de sus ex jefes, hasta el colmo de decir que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “es incapaz para escuchar la demanda social”.
Un insolente y desfachatado Alberto Fernández, sostuvo: “Cristina tiene cierta dificultad para detectar y escuchar la demanda social".
Días anteriores sostuvo: "Tiene dificultades para percibir lo que pasa en la calle".
También tiró el anzuelo: “Si seguimos recurriendo a la misma gente para resolver los problemas, seguiremos teniendo problemas. Tenemos que poner punto final a una dirigencia que hace años gobierna la Argentina", indicó.
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