Por Deyes Sosa
Como si nada hubiera sucedido puertas adentro de la Cárcel Pública de Varones de Santiago del Estero de la matanza lisa y llana que se cobró mas de una treintena de victimas alojadas en esa dependencia al cuidado de los funcionarios del Estado provincial, aun siguen sin esclarecerse estos hechos mientras las cosas continúan con igual impunidad e ineficiencia.
Muchos ven en la actitud del gobernador Gerardo Zamora una encubierta complicidad con el ministro del área, Ricardo Daives, atento a que se niega a prescindir de sus ineficientes servicios tan denunciados por la comunidad santiagueña
Ahora le tocó el turno a Darío Nicolás Ávila, de 22 años, quien este domingo incendió un colchón en su celda sin que nadie lo asistiera. Sufrió graves quemaduras por lo que continúa internado en el área de terapia intensiva del hospital Regional, en estado grave y asistido con respirador artificial.
Según se sabe y no precisamente por fuentes periodísticas, el joven sufrió quemaduras de primer, segundo y tercer grado en el 85% de su cuerpo.
Voceros oficiosos manifestaron que Ávila incendió un colchón cuando se encontraba solo en la celda 6 de la sección 1, debido a que el resto de los reclusos recibían visitas de sus familiares.
Lo extraño del caso es que el preso calcinado se encuentra detenido por tentativa de robo a un comercio de Frías, ciudad de la que es oriundo, figura delictiva a todas luces excarcelable. ¿Qué hacia detenido desde hace más de 40 días? ¿Y los defensores de oficio que cobran suculento sueldo?
Otra más. Un individuo que está detenido por abuso y embarazo a su sobrina de 15 años, denunció que fue violado por tres presos con los que compartía su lugar de detención; la Alcaidía del Palacio de Tribunales.
El ataque sexual habría tenido lugar en una celda que colinda con la puerta de acceso al lugar de detención. La víctima había llegado a ese lugar algunas horas antes, después de que fuera detenido cuando una jovencita de 15 años, que sería su sobrina, lo acusó de ser quien la había embarazado.
Como vemos, no se está seguro ni en la cárcel ni en la alcaidía de tribunales. ¿A que se dedican el ministro Daives y el fefe de policía, Marcelo Pato Pato?
Sin dudas, el gobernador de la provincia tiene mucho que ver con la gestión reprensible de estos funcionarios.
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