jueves, 6 de mayo de 2010

Como se pide: "Agradable sorpresa"

Varios lectores han advertido el agradecimiento expresado a este blog desde Mendoza, por Víctor Soria, hijo del pianista recientemente fallecido, Luis Napoleón Soria. Uno de estos lectores, envió una carta en la que expresó su “con agradable sorpresa, convertida en íntima satisfacción”, por este hecho.
En la misiva, cuyo autor no quiso que trascendiera su nombre, se recuerda que el extinto fue distinguido, el año pasado, por el Concejo Deliberante de la ciudad y que, por tal motivo, la revista “La Columna” le publicó una entrevista.
Dice la carta:
“Yo lo conocía desde los años de mi primera juventud, formó parte de muchos otros santiagueños que por fortuna, por el imperativo de la vida, me permitieron alguna vinculación al alternar en todos los ambiantes sociales y así pude distinguir a aquellos que alcanzaron alguna notoriedad.
“El domingo pasado le hicieron una misa en la Catedral. Me enteré por un aviso de El Liberal. Fui minutos antes de su finalización y tan sólo encontré al único de sus hijos que reside aquí -Cecilia- acompañada por su marido, una hermana de Soria y un par de señoras amigas. En esa oportunidad le entregué una copia de la nota de Arena Política, que la chica me agradeció emocionadamente.
“Si su hijo Víctor la leyó en Mendoza, seguramente también lo hicieron la esposa y sus otros hijos que allí viven.
En la carta se recuerda que unió su vida a Lucy Bellomo, hermana del Bellomo que era dueño de la casa “La Chola, fallecido recientemente. Luis Napoleón formó con Lucy una sólida pareja con quien tuvieron “un montón de hijos a quienes crió y educó con mucho sacrificio”, según el escrito, que lo describe como “un hombre culto y habilidoso, lleno de ingenio”.
Y finaliza:
“Yo lo conocí cuando era niño e iba a nadar al Lawn Tenis. Fue por muchos añpos gerente rentado de la institución. Tiempo después cuando falleció su hermano Ricardo -muerto trágicamente una noche de tormenta en la plaza Libertad- se puso al frente del hotel Conventry del que fue administrador un tiempo. También estuvo en la calle Libertad, donde ahora hay un gremio, en una cantina llamada a Pichín. Allí pasé muchas noches tocando la guitarra y cantando, acompañado por su piano.
"Creo que cobraba una modesta jubilación. Con casi todos sus hijos en Mendoza, se radicó allí un tiempo. Luego volvió a Santiago para regresar finalmente a esa provincia y permanecer allí hasta su fin.”

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