viernes, 7 de mayo de 2010

Quién quiere salvar el dique de la contaminación

Los pescadores son las primeras víctimas de la contaminación del dique.
Tanto la defensoría del pueblo como la secretaría del agua de la provincia, deberían informar si se están hc9iendo controles y análisis del agua en el dique de las Termas, cómo se hicieron, bajo qué condiciones, qué laboratorios fueron los encargados de realizarlos y cuáles fueron los resultados de estas pruebas.
En efecto, los titulares de estas reparticiones, Martín Díaz Achával y Abel Tévez, tendrían que informar a los santiagueños qué planes se han puesto en marcha para contrarrestar los efectos nocivos de la contaminación, en caso de que estas experiencias fueran negativas.
Por otra parte –y no es un dato menor- es notable el hecho de que no se tomaron medidas legales y de ingeniería para evitar estos perjuicios.
Uno de los problemas que se le avecinan a Santiago, provienen del descontrol y la falta de preocupación de las autoridades provinciales  para poner límites a los perjuicios que ocasionan las industrias tucumanas y multinacionales, como la minera La Alumbrera, radicada en Catamarca.
En el 2002, se comenzó a sospechar de la existencia de metales pesados en el agua del dique, una circunstancia de la que hasta el momento las autoridades jamás dieron  mayores precisiones y convendría que la ciudadanía ahora se informara, si existen esos desechos, para tomar las precauciones del caso.
Hay convenios firmados con Tucumán para una producción limpia, pero hasta el momento, al parecer nada se logró, ya que no solamente las aguas negras de medio millón de tucumanos se vuelcan en el dique de Las Termas sino también todos los desperdicios de las industrias azucareras, citrícolas y otras.
Cabría entonces que estos dos funcionarios, le cuenten a la gente qué han hecho durante estos años para que -entre otros- miles de pescadores santiagueños no pierdan su única fuente de ingresos, los santiagueños consuman tranquilos los frutos del río y para que se conserve el turismo de Las Termas que, de otra forma, huirá espantado de lo que está comenzando a llamarse el “Riachuelo del Norte”. 

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