Miguel Brevetta Rodríguez.
La mafia de los medicamentos se cobró varias víctimas.
Hace unos días el juez Ariel Lijo detectó actividades sospechosas en la cuenta corriente de una droguería que aportó 150 mil pesos para la campaña política que terminó colocando a la actual presidenta, en el sillón mayor de la casa rosada.
Otra investigación judicial que tiene al archi conocido Antonini Wilson como valijero de más de 800 mil dólares –según se comenta para ayuda partidaria- aun no termina de encontrar responsables que se hagan cargo del operativo consumado vía Venezuela y que ya amontona varios cuerpos de actuaciones.
La denominada “mafia de las farmacias” ya se cobró varias vidas y paradójicamente se encuentra preso, el secretario general del gremio que aglutina a los bancarios, sindicado como jefe de una asociación ilícita por el des manejo de la farmacia perteneciente a su obra social.
Así, es como la investigación sobre los aportes de la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner se ventila en la Justicia Federal. Ello unido al crecimiento patrimonial de la pareja gobernante, ampliamente publicitada por todos los medios de comunicación, nos indican que el entuerto no es precisamente el dinero, que al parecer estaría sobrando.
“El juez Ariel Lijo detectó que cuentas bancarias de droguerías que figuran aportando al kirchnerismo en 2007 se encontraban inactivas pero registraron movimientos de dinero próximos a la campaña, en julio y octubre de 2007. Lo que se sospecha es que muchas de las droguerías que figuran aportando en realidad sólo habrían prestado sus cheques, pero los aportes habrían sido depositados en sus cuentas por el oficialismo, con el objetivo de justificar dinero negro o aportes prohibidos por la Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos.“1
Mientras tanto transcurre la vida y trascurren también los mandatos, que felizmente tienen fecha de vencimiento. Mientras, los partidos políticos, en especial, los que no se alinean junto con el oficialismo, cada día advierten la fuga de afiliados que adelgaza el padrón partidario, a causa de la compra de voluntades o del “pase” de un partido a otro.
No hace mucho la Cámara de Diputados, cuando cumplía funciones de escribanía de gobierno, arremetió en contra de la ley de los partidos políticos, imponiendo por la fuerza del número –y entre gallos y medianoches- una serie de reformas tendientes a la desaparición de las agrupaciones partidarias de las denominadas chicas, la que aun se mantiene ante la observancia pasiva de la oposición, que hoy resulta ser mayoría.
Con estas medidas, no solo se está asfixiando económicamente a los partidos, sino que se pretende la desaparición lisa y llana de los mismos, mediante la aplicación de mediadas que se tornan de cumplimiento imposible.
Total… - me expresó un dirigente- con la plata que dispone el oficialismo, más los aportes fantasmas que no encuentran responsables cuando los investiga la justicia, cualquiera puede ganar una elección.
Es decir, que con “yuyo” cualquiera es brujo.
1. http://cronicasfueguinas.blogspot.com/2010/06/lavado-
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