La finca ultra allanada de Alegre
El acta del un testimonio que brindó el empleado de Julio Alegre, René Sandez, luego del tercer allanamiento a la finca del Zanjón, tiene varios elementos curiosos que no dejan de asombrar a quienes siguen de cerca la instrucción de la causa en su contra.
Cuando ya eran las tres de la tarde del lunes d17 de mayo y los funcionarios judiciales estaban a punto de retirarse sin haber encontrado nada con los escáneres que trajeron para revisar el lugar, un funcionario de nombre Miguel Robles y el secretario del juzgado, Fernando Paradelo, insistieron en revisar una caja que tenía una cinta de caminar, que ya estaba en ese lugar desde antes de que Sandez, empezara a trabajar allí.
Alegre había comprado el aparato de gimnasia en 1995, pero nunca la armó ni abrió la caja, a tal punto que el cartón exterior demostraba el paso del tiempo y el deterioro, con evidentes signos de humedad y como si hubiera sido mordida por las ratas.
La caja estaba en el depósito, junto a las bebidas secuestradas y por ahí ya habían pasado los escáneres sin indicar anormalidad alguna. Luego de que la policía rodeara la caja, le indicaron a Sández que se retirara a otra habitación y luego lo volvieron a llamar para informarle que -¡oh!, ¡sorpresa!- al fin habían hallado el dinero que tanto buscaban.
Le exhibieron un sobre marrón, mediano, notoriamente nuevo, con otra cobertura de aluminio engomillado con dinero argentino y extranjero. Las sorpresas siguieron: antes de contar el dinero, un policía dijo expresamente “Aquí hay tres mil cien pesos”, con una exactitud asombrosa para un solo golpe de vista.
Luego el funcionario Robles comenzó a presionar a Sández para que diera datos del dinero, y lo amenazó con que caso contrario, lo llevaría preso. Lo mismo le dijeron a otro testigo, Ramón Ramos, que vive al lado de la finca allanada. Pero ninguno estuvo presente en el momento en que abrieron la caja, por lo que no saben si el dinero ya estaba allí o fue colocado ex profeso.
Los aprietes siguieron en el juzgado, donde lo llevaron a Sández, supuestamente para tomarle declaración, ya que le hacían preguntas tales como ¿qué gente va a la finca?, ¿ahí se hacen jodas? A esto respondió que solamente iba la familia de Alegre los fines de semana. También le preguntaron sobre la entrada o salida de valijas y le reiteraron preguntas sobre el dinero encontrado en la cinta caminadora.
Además lo interrogaron acerca de cuándo había sido la última vez que había visto a Alegre y si tenía otras propiedades o inmuebles, cuánto ganaba.
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