viernes, 3 de diciembre de 2010

Wiki Leaks y el espionaje kirchnerista

Por Alexis Di Capo para el Informador Público.

Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de Cristina.
Uno de los últimos cables difundidos vía Wikileaks puede reactivar una vieja lucha de poder en el seno del kirchnerismo. Se trata del informe que asegura que Aníbal Fernández formó un equipo de inteligencia “privado” para espiar los mails de funcionarios, políticos de la oposición y periodistas, entre ellos Francisco De Narváez, León Arslanián y Ricardo Lorenzetti.
En la Jefatura de Gabinete sostenían el miércoles por la noche que esta filtración confirmaría que la SIDE -en el 2007- habría entregado a la CIA una investigación destinada a ensuciar a Aníbal Fernández, como gestor de una SIDE paralela. Esta situación tiene su historia. El subsecretario de la SI (ex SIDE), Francisco Larcher, se habría vengado así de los papelones que el jefe de Gabinete le había hecho pasar ante Néstor Kirchner. Es que Aníbal había montado una oficina para espiar mails sin ningún tipo de restricciones y los informes que le entregaba a Kirchner eran superiores en contenido a los de la SIDE.
Como venganza -siempre según la misma fuente- la SIDE habría denunciado la existencia de esa oficina clandestina de inteligencia ante distintos servicios extranjeros. Tres años después, esta rivalidad entre Larcher y Aníbal continúa. Aquél sospecharía, por ejemplo, que el jefe de Gabinete fue el que le entregó al semanario Noticias la información sobre sus bienes y las fotos de la nueva mansión que había comprado.

Arroyo Salgado

En el juzgado Federal de San Isidro se libra otro capítulo de esta interna. Allí está pendiente de pasar a juicio oral la causa en la que se investiga el supuesto espionaje informático de políticos, embajadores, presidentes y figuras de la farándula que se le imputan, entre otros, a los ex agentes de la SIDE Iván Velázquez y Pablo Carpintero.
El expediente está cajoneado por la jueza Sandra Arroyo Salgado y sería interés del gobierno que no avance. Es que, si deben comparecer a juicio los numerosos imputados, entre ellos varios conocidos periodistas, podrían revelarse los secretos del espionaje K.

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