Bronca popular con la policía, en Frías

El lugar montuoso de las afueras de Frías, donde Jonatan fue asesinado de un disparo en la cabeza.

El domingo pasado, en la cancha de Talleres, de la ciudad de Frías, se jugó un cotejo de fútbol por uno de los torneos que organiza la AFA, entre Villa Paulina y Atlético.
Durante todo el tiempo, las hinchadas gritaron lo siguiente: “Se sabía, se sabía/ a Jonatan lo mató la policía”.
Claro, esto caldeó los ánimos de los uniformados que habían ido a hacer sus servicios adicionales en el fútbol, y al final se desató la batahola.
Mientras eran insultados, los uniformados orientaron la retirada al final del cotejo (menos mal que fue empate) hacia una plaza céntrica, y los muchachos arrancaron con sus cánticos ofensivos: “Asesinos, asesinos”.
Hubo corridas, y la hinchada de Atlético Frías, a su paso, rompió vehículos automotores por doquier. Fue el modo vandálico con el que expresó su bronca hacia la policía por la feroz persecución.
Sigue volando en la conciencia y en la memoria del pueblo de Frías el asesinato del agente Jonatan Barrera, y sus serias sospechas de que el muchachos cayó víctima de una asociación entre sus propios compañeros de la repartición, el poder político municipal del salimnismo y el narcotráfico.
Al final, una quincena de vecinos comprobaron que sus vehículos automotores estacionados enfrente a sus domicilios habían sido seriamente dañados por los hinchas de Atlético. Fueron a la policía y luego a la jueza en turno, Gabriela Núñez de Cheble.
Hubo una sorpresiva respuesta tanto de la jueza como del comisario: “No podemos actuar porque no vimos nada…”