martes, 15 de febrero de 2011

El fracaso de la policía y la justicia de Zamora

Pato, jefe de la peor policía.
Marcelo Pato debió viajar a Israel para enterarse de la existencia de las cámaras Domo; un sistema de monitoreo por circuito cerrado con que se brinda seguridad al ciudadano. Son las mismas que se observaron en el sangriento asalto perpetrado al camión blindado en Panamericana de Buenos Aires.
La novedad llego a Santiago y rápidamente la "nueva policía profesional" la puso en práctica. Se adquirieron por licitación pública con "único oferente" 12 cámaras - 2 CPU y 2 TV plasma de 12" a la módica suma de $470.000, cuando el valor real en el mercado con instalación y cableado no superaba los $80.000. Los lugares que se privilegiaron para la vigilancia fueron los de la city local, frente a la ola de arrebatos bancarios que a diario padecían y padecen los ciudadanos.
La novedosa tecnología instalada en el "nuevo Santiago" de nada sirvió. Los robos en el micro centro, los arrebatos y salideras bancarias se incrementaron a grados alarmantes. Sus cámaras de seguridad no solo jamás sirvieron para prevenir delitos, sino peor, porque una vez que los atracos se concretaron, nunca registraron imagen alguna de sus autores. Eso sí, las mujeres policías y las bellas damas santiagueñas son seguidas con zoom por los técnicos responsables de la custodia.
Por vez primera en la provincia, una entidad bancaria fue objeto de un violento asalto por un grupo comando a plena luz del día. Con el botín en mano, a los tiros y generando confusión, se fugaron del lugar. De nada sirvieron las Cámaras Domos, los Bici Policías, las Patrullas Callejeras, los Escuadrones Tácticos y no sé cuantas sandeces más de divisiones posee la "nueva policía profesional".
Lentamente, el ciudadano va tomando conciencia de la inseguridad en la cual está inserto. El velo de la "cementocracia" instalada con Gerardo Zamora esta corriéndose. La mediocridad y la corrupción de a poco se hacen visibles. Con tantos hechos atroces que a diario suceden, hoy, nadie duda: la prostitución, trata de blanca, juego clandestino, tráfico de droga y delincuencia organizada, actúan en nuestro territorio bajo amparo político, policial y judicial.
A nadie sorprende que tantos hechos delictivos graves y de magnitud sucedan por "causalidad" cuando Ramón Tarchini Saavedra (primo político del gobernador) está como turno.

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