lunes, 20 de abril de 2009

De policías, brujos y prensa ilusionista


La policía del gobierno de Gerardo Zamora maneja todo, a su antojo.

Los jueces del Crimen (¿serán tan angelicales?) saben cómo les manejan los expedientes y cómo cualquier uniformado decide la suerte de un detenido. Hace pocos días un preso terminó colgándose con su propia remera y dejó su vida en el calabozo de la comisaría primera, apenado por permanecer 17 días sin que ningún policía comunicara al juez Abelardo Basbús de su situación.

La calidad institucional de Santiago del Estero está hecha añicos por culpa de una cúpula policial que tiene una actuación lindante con la delincuencia.

Hay policías, en cargos jerárquicos, que son socios de los delincuentes. Hay pruebas contundentes de que capos de la repartición hablan por teléfonos antes, durante y después de grandes atracos perpetrados en nuestro medio, comunicándose con los autores de los asaltos.

Tienen acuerdos y códigos con conocidos maleantes; individuos con frondosos prontuarios. Es el caso de “Ovejita” Nicolosi, quien cometió varios ilícitos con conocimiento de sus amigos jerarcas de la policía. Por ello, este sujeto tiene “agarrados” a varios uniformados. Por ello, cada vez que cae entre rejas los amenaza con “cantar todo” y, a cambio de su silencio, les exige que lo ayuden a fugarse.

Así “Ovejita” escapó a fines del año pasado de la Cárcel Pública de Varones y sus amigos policías mintieron al juez, a la prensa y a la ciudadanía que se fugó vestido de mujer. Todos creyeron la versión policial y metieron presas a las chicas guardiacárceles y policías, responsabilizándolas de cómplices del detenido.

Ahora, “Ovejita” cayó preso en La Matanza, provincia de Buenos Aires, luego de cometer varios atracos con otros bandidos y, rápidamente, el jefe de policía, Marcelo Pato, armó un nuevo libreto: hizo trascender que se escapó de la cárcel santiagueña gracias a los “pases mágicos” de un brujo. Además, nadie preguntó por qué Pato, sin que dispusiera ningún juez (ni de Santiago ni de Buenos Aires), “dueños del preso”, envió una comisión a La Matanza. Sencillo, quieren hablar con “Ovejita” para darle letra y pedirle que no diga una palabra sobre su pacto con la policía santiagueña.

Periodistas malmirados

Que los medios de prensa sean cómplices y socios de las fechorías del gobierno, en verdad, no debe sorprendernos.

Son estos mismos medios que se autodenominan “independientes” o “defensores de la verdad”, los que, históricamente, supieron acomodar sus alforjas al ritmo del galope y marcha que impone el asno de turno del gobierno.

Hoy, esta prensa pretende, de manera ridícula, instalar en la sociedad la existencia de  "poderes esotéricos - brujos - manosantas y salamancas", quienes están aliados a la delincuencia, a los jueces y a una policía corrompida. Parece mentira que haya periodistas que desciendan a niveles increíbles y acaten directivas grotescas con tal de quedar bien y tapar la corruptela, el robo organizado, la ineficiencia policial, el saqueo a las arcas publicas, la criminalidad alarmante, la incapacidad y la complicidad  de funcionarios. 

¿Por qué esta prensa comente tamaña inmoralidad? Puede haber una sola respuesta: que alguien del gobierno tenga acciones o sea dueño de estos medios periodísticos, porque nadie que sea independiente puede tratar de ocultar a la policía corrupta publicando una mentira como que “Ovejita” se fugó por los buenos oficios de un brujo que, al parecer, dejó ciegos a los guardiacárceles y posibilitó le evasión.

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