domingo, 14 de noviembre de 2010

La ausencia del “látigo” Kirchner comienza a sentirse

Por Ramy Wurgaft (Diario El Mundo, de España)



La presidenta volvió malhumorada de la cumbre del G-20 en Seúl. Su discurso en el foro económico no tuvo el brillo de las veces anteriores, cuando Néstor Kirchner tomaba el control de los asuntos domésticos para que ella pudiera estar bien preparada y se luciera frente a los otros estadistas.
En esta oportunidad Cristina Fernández tuvo que hacer varias llamadas a larga distancia para que la pelea entre el jefe de su Gabinete, Aníbal Fernández y Amado Boudou, el ministro de Economía que la acompañó a Corea, no llegara a dominio público. Pero no pudo evitarlo pues le faltaba el látigo de su extinto marido.
La discusión entre los dos pesos pesados fue en torno a la inflación y comenzó cuando Bouduo consideró que en la Argentina ese fenómeno sólo golpea la clase alta. A Fernández la afirmación de su colega le pareció una soberana ridiculez. No era la primera vez que el economista y el estratega disentían pero en épocas recientes “alguien” se ocupaba de que no ventilaran su enojo en público.
Otro que se salió de madre fue el jefe de la Confederación General del Trabajo (CGT) Hugo Moyano, el problemático aliado sindical que Néstor le dejó por herencia a su viuda. ¿Quién lo autorizó para bloquear una planta de la empresa Sodimac? Lo más grave es que se tomara esa libertad justo cuando la presidente trataba de establecer un modus vivendi entre los empresarios y la mayor organización laboral.
Pero lo más grave ocurrió en la Cámara de los Diputados cuando se discutía el presupuesto que presentó el Ejecutivo para 2011. No sólo que el proyecto fue rechazado sino que en medio del debate, varios opositores denunciaron que agentes del Gobierno los presionaron e incluso les ofrecieron sobornos para que votaran con el oficialismo.
La comisión de Asuntos Constitucionales se reunirá el próximo martes para escuchar las denuncias que presentaron, entre otros, las diputadas Cynthia Hotton y Elsa Álvarez. Y no se descarta que el escándalo llegue a la Justicia ordinaria.
Según el diario Perfil no fueron unos cualesquiera los que trataron de reorientar el voto opositor. Se menciona como jefes del operativo a Aníbal Fernández y al ministro de Planificación, Julio de Vido. Una larga lista de legisladores también habría participado en el raid.
Sea cual sea el final de este drama, lo cierto es que donde Néstor Kirchner hubiera hecho un trabajo relojería sus aprendices hicieron una chapuza. “El problema es que nadie heredó su habilidad para decir ciertas cosas sin decirlas y para no dejar huellas dactilares.
Cristina Fernández no es capaz de actuar fríamente. Es inteligente pero se deja mucho llevar por sus emociones. Y del equipo que la rodea ni que hablar”, señala el analista Marcelo Frías.

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