Como los improvisados que tiene el gobernador Gerardo Zamora exponen tantos francos, el senador nacional radical Emilio Rached esperó el momento indicado para comenzar a replicar. Lo hizo por una radio FM de la Capital (“Exclusiva”) y, como es la primera refriega de un largo combate, habló de manera genérica. Todos queremos que el “Turco”, que tanto los conoce, eche una mirada retrospectiva y denuncie a estos políticos de cuarta con los que compartió un año de campaña preelectoral y dos años de gestión. (Rápidamente Rached debería escribir sus “Memorias” sobre este período oscuro de Santiago del Estero, donde siguen pisoteados la Constitución, el Estado de Derecho y la democracia).
Bueno, Emilio empezó bajito, por una FM. Luego -se sabe-, vendrá la catarata por los medios nacionales anti-kirchneristas que hacen cola para contar toda la verdad de esta nueva especie de radicales que se transformaron en “peronistas-kirchneristas” y que abundan en Santiago del Estero.
La primera pregunta se refirió al convenio entre los Pinto español y santiagueño.
Respondió Rached:
“El convenio de cooperación está siendo tratado con tal ensañamiento, que todo el mundo percibe de qué se trata.
“En Santiago del Estero sabemos de los condicionamientos que tiene el periodismo para llevar adelante una tarea con libertad y que hay operativos de prensa tendientes a desacreditar opositores. En este caso a mí me está tocando de cerca.
“Aquí parece que la corrupción está en quienes no gobiernan. Es raro que quienes no tienen manejos presupuestarios ni la discrecionalidad que otorga el poder en provincias como Santiago del Estero, sean los que estén sospechados. Una inversión muy importante de valores.
“Yo supe en todo momento iba a ocurrir esto. Supe que el desembarco de Cobos iba a generar malestares y no tendría que haber sido nunca así. Pero hay malestares, parece que hay preocupación. Aquí cada vez que se ve algún mínimo riesgo de perder los sillones, hay gente que realmente se transforma y se convierte en otra persona.
“En Santiago están pasando cosas muy graves que todo el pueblo conoce. Sabemos que hay una verdad que se trasluce a través de los medios y una verdad que pretende ser ocultada, pero que de ninguna manera se oculta porque usted va a un bar, a la calle o a un estadio de fútbol o básquet, y escucha a la gente hablar de estas cosas.
“Todos sabemos la gravedad de los hechos que se cometen en Santiago del Estero, las cosas que han sucedido, las cosas que vienen sucediendo y que tienen una tendencia a acentuarse. Fíjese que aquí nos cansamos de hablar de estructuras que pertenecían a otros tiempos. Pienso que los torturadores de la dictadura de Carlos Juárez o de los militares, comparados con algunas realidades del Santiago actual no dejan de ser niños en edad preescolar. Esto va a aflorar, esto no se puede tapar. Se puede mentir todo el tiempo a parte de la sociedad, pero no se le puede mentir a toda la sociedad todo el tiempo.
“No es que me sienta responsable de nada, pero aquí parece que si alguien ha sido adjudicatario de una vivienda por una vía totalmente legal, y la paga como corresponde, tiene que dar explicaciones. Da la sensación que todas las personas que llevan una vida normal, una vida común y corriente, honesta, tienen que dar explicaciones, y quienes realmente llevan una vida aproximada más a una organización delictiva nunca dan explicaciones y son los señores que se pasean ante todo Santiago y muestran y ostentan absolutamente todo lo que la gente ve. Aquí sabemos dónde viven, qué tienen, qué tenían hace tres años, qué tienen ahora.
“Esto podría dar para días, horas y meses de hablar, y no sé si en el fondo vale la pena. Lo cierto es que todos sabemos que estas películas tienen un final que todos conocen”.
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