Todos los martes, en la Legislatura, el diputado peronista Francisco “Pancho” Cavallotti, con prolijidad y respeto, viene construyendo una oposición seria y responsable contra el “régimen zamorista”.
Por supuesto, nadie le publica nada. Lo quieren borrar por el único pecado de no rendirse ni comportarse como otros mendicantes ante la administración que encabeza Gerardo Zamora.
Acaba de presentar tres proyectos de ley importantes. Uno, hace al control administrativo. Según Cavallotti, “todo vehículo automotor, unidad autopropulsada o remolcado que sea propiedad del Estado o que en cualquier condición se encuentren afectados para uso o presten servicios en alguna repartición pública a la que pertenece, deberá llevar en lugar de fácil visibilidad, la inscripción de la repartición a la que pertenece, acompañada también con un número de interno único e irrepetible”.
Clarísima iniciativa. “Pancho” busca controles estrictos, “en razón de que los vehículos oficiales de propiedad del gobierno, o particulares afectados a tal efecto, deben ser utilizados en un marco de racionalidad, evitando en todo momento, el uso indebido de las unidades”.
Otro proyecto aspira a “la incorporación a la Administración Pública provincial como personal no permanente-contratado, a todos aquellos que se encuentren prestando funciones con el régimen de contratos de locación de servicios”.
Sin querer, el legislador peronista ocupó el espacio dejado vacante por la CGT Santiago o los dirigentes sindicales, y echó una mirada hacia los miles de empleados públicos que trabajan “en negro”, con los contratos de locación de servicios, sin gozar, por ejemplo, con los servicios de una obra social.
Al final de una enjundiosa fundamentación, Cavallotti remató con una premisa del general Juan Domingo Perón: “El salario es la base y el punto de partida de todo el ordenamiento económico y social, porque la salud y el estomago no admiten economías”.
El tercer proyecto de Cavallotti también aborda la materia laboral, toda vez que aspira a favorecer a los trabajadores de salas de juegos y casinos; lugares que fueron exceptuados en el artículo 5º de la ley antitabaco. Consecuentemente, propone el pago de plus a quienes, en su trabajo, se convierten en fumadores pasivos o involuntarios.
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