El abuso y la ilegalidad son caracteres indispensables para ser “amigo” de esta administración provincial. Fijémonos en uno de los hermanos de la famosísima escribana María Cecilia Vittar, un tal Héctor Alejandro Vittar.
El susodicho se presentó en el domicilio del director de un medio gráfico de Santiago del Estero con ínfulas y pretensiones de “aclarar algunas publicaciones en su contra”.
Todo Santiago -excepto fiscales y jueces-, saben que el tal Vittar estuvo al lado asesorando en cuestiones comerciales y de “negocios” al ex intendente Julio Alegre. Esto “cantan” las actuaciones y, si en Santiago se juzgara conforme a Derecho, el fulano debería estar entre rejas.
Por ser un “protegido” del Poder Ejecutivo está convencido de que puede presentarse en el domicilio del director del Nuevo Diario, José María Cantos (h), patear verjas y hacerle “el macho”, amenazar y pedir explicaciones sobre por qué se lo menciona dentro del círculo de la presunta asociación ilícita en la municipalidad de la Capital.
Cantos formuló la denuncia pertinente pero no ha aparecido todavía al público el tal Héctor Alejandro Vittar, esposado, como corresponde. El fiscal y el juez en turno miran para otro lado; al igual que los “defensores” de la libertad y expresión de prensa. No se sabe si el jefe de policía lo anda buscando y si ya ha convocado a los periodistas para que lo acompañen en los procedimientos.
En tanto, los muchachos del Nuevo Diario piden una aclaración: “Avisen si hay piedra libre y si vamos a resolver los pleitos como en la antigüedad, o sea “la justicia con las propias manos”.
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