domingo, 31 de enero de 2010

Un país aislado

Roberto Azaretto


La suspensión del viaje presidencial con categoría de "visita de Estado" a la República Popular China, por querellas domésticas provocadas por la propia Presidenta, muestra el vuelo bajo de esta administración o -más claro- la mediocridad del kirchnerismo en relación a los desafíos y oportunidades que ofrece el mundo exterior, cuando se piensa en la próxima generación y no en las horas de la tarde como horizonte.
Ningún estadista importante y con gravitación en el mundo tiene en su agenda a nuestro país, que está tan aislado como en los tiempos de Galtieri y su absurda Guerra de las Malvinas.
Desde 2003 el gobierno de la familia Kirchner muestra un desconocimiento del mundo, su importancia, su funcionamiento y sus reglas, más que preocupante, que afecta a los intereses de los argentinos, a su porvenir nacional.
Desde desconocer y distinguir entre lo importante y lo accesorio a desplantes, impuntualidad, soberbia de ignorantes. Todo contribuye al encierro del país desaprovechando las oportunidades que nos ofrece el exterior. Para países importantes o medianos como el nuestro la política internacional debe estar en primer lugar en la agenda presidencial.
Nuestro país pudo salir de la crisis de 2001 por dos temas.
Uno fue el fenomenal esfuerzo de inversión y aplicación masiva de ciencia y tecnología de punta por parte de nuestros productores rurales y la cadena de producción alimenticia.
El segundo fue el desarrollo de China y la India, que incorporaron centenares de millones de personas a la mesa, es decir a comer todos los días, proceso todavía en crecimiento y que nos ofrece una gran oportunidad para los próximos veinte años.
China se convertirá en pocos meses en la segunda economía planetaria y es uno de los mejores clientes para la producción argentina. Es un país donde el protocolo y la cortesía son muy respetados desde sus tiempos imperiales, por lo que actitudes como las de la abogada Fernández de Kirchner seguramente deteriorarán la relación por mucho tiempo.
La presidenta Cristina Fernández tiene la manía de querer dar lecciones a todo el mundo, incluso a estadistas mucho más exitosos, como la presidente Bachelet o Lula, a juzgar por los resultados. Hoy Chile tiene un 13% de pobres contra el 35% de la Argentina, dejando en el olvido tiempos de chilenos, hace tres o cuatro décadas, que cruzaban la cordillera a pie, corridos por el hambre, como le consta al que esto escribe.
Ofendimos a la institución presidencial de los EEUU en la Cumbre de Mar del Plata, algo que se está pagando con la indiferencia del señor Obama, porque en los países serios ofender a un presidente republicano ofende a un nuevo presidente demócrata.
"Le di veinte minutos y en vez de referirse a problemas de su país, donde yo podría colaborar, dedicó diecinueve minutos a hablar de sí misma", éste fue el comentario de la conversación telefónica que tuvieron los presidentes Obama y Cristina Fernández a su año por parte del estadounidense.
Por supuesto el problema del puente de Gualeguaychú, que deterioró la relación más que fraterna con el Uruguay, es otro indicio de los disparates internacionales, como lo es también la ineptitud con Bolivia, que nos abastece de gas utilizando sólo el 50% del gasoducto existente por responsabilidad de nuestro gobierno.
En medio de la crisis energética que soportamos, con cortes de luz de cinco a siete horas diarias en el interior de muchas provincias, no podemos dejar de recordar las demoras en concretar los acuerdos para elevar la cota de Yacyretá, ese monumento a la corrupción.
Elevar la cota de esta presa sobre el Paraná significa agregar tres mil trescientos megas a la provisión eléctrica. Equivale a tres presas como el Complejo Chocón - Cerro Colorado. Es casi un 20% adicional de la capacidad instalada existente sin quemar combustibles y a un costo de quinientos millones de dólares, es decir la mitad del costo de centrales térmicas, que son las más baratas en cuanto a su costo. Se trata de financiar el desplazamiento de gente que en Paraguay ocupó terrenos de la Empresa Binacional.
El Mercosur está en crisis, ante la falta de decisión de avanzar en la integración suramericana por privilegiar a los grupos prebendarios no competitivos de nuestra economía, que viven de la devaluación de la moneda y de pagar salarios bajos.
Como vemos, no sólo con los países más importantes del mundo tenemos problemas, que estos disparates legales con el Fondo del Bicentenario y la remoción ilegal de Redrado agravan, sino con todos los Estados vecinos y limítrofes, salvo la dictadura militar electiva de Venezuela.
Nuestro país creció cuando supo insertarse en el mundo obteniendo así tecnologías, capitales, inversiones, inmigración. De esa manera se construyó en una sola generación el país que mostramos en el Centenario.
El encierro, el aislamiento, sólo empobrecen a los pueblos, y eso pasó en gran parte de los últimos setenta años. Por eso hoy somos pobres y sin relevancia en el mundial.
Volver al escenario internacional es una de las tareas prioritarias de quienes sean elegidos por el pueblo en los comicios presidenciales de 2011.

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