viernes, 5 de febrero de 2010

Marche un centro musical

Esta historia le sucedió a un allegado -muy- del gobernador Gerardo Zamora. Hacía dos meses que había asumido su cargo. Y sería para reírse a las carcajadas, si no fuera porque involucró una gran cantidad -mucha, pero mucha mucha- de dinero sucio.
Es más o menos como la anécdota que cuentan del gaucho Castro, otro gobernador de Santiago famoso por sus tropelías de tipo económico, digamos, para ser suaves.
El gaucho Castro en reuniones de dirigentes decía:
-Mis enemigos políticos andan diciendo que yo robo, que me apodero del dinero que es del pueblo; dicen que la plata para mis campañas la he hurtado de las arcas del gobierno.
Entre sus seguidores se hacía un silencio espeso. Entonces el gaucho continuaba:
-¿Saben qué? Sí, robo, ¡pero yo robo para ustedes!
Entonces abría la billetera, sacaba dinero y comenzaba a repartir.
-Tomá un peso para vos, otro para vos, otro para vos….
  Resulta que el funcionario, al segundo día de haber jurado, por uno de esos pases de magia que solo ellos conocen, ya había embolsado cien mil pesos. En otra jugada se metió al bolsillo trescientos mil. Y siguió cazando lo que encontraba. Cuando ya llevaba dos meses de manoteos a diestra y siniestra, llamó a un amigo para que fuera a la casa. Esta es la des-grabación no oficial de la conversación.
-Hola.
-Hola, qué dices.
-Che, te quiero pedir un favor.
-Ahá, decime nomás.
-Andá a Garbarino, Las Malvinas, Frávega, a cualquiera y comprá el centro musical más grande que encuentres.
-Bueno, no hay problema.
-Pero, guardate el aparato y traeme solamente la caja.
-¿Cómo dices?
-Que te guardes el centro musical o lo tires y me traigas la caja.
-Bueno.
Llega a la mansión del funcionario con la caja vacía. El otro lo recibe y le explica:
-En esa otra habitación -se la señala con un gesto- tengo dos millones de pesos. Y ya no sé dónde guardarlos. Para eso es la caja, pero me parece que va a ser medio chica…
Conclusión y moraleja. Al tiempo, el amigo ya era el valijero oficial del funcionario. Es quien se ocupa de sacar el dinero mal habido, algunos dicen que vía Santa Cruz de la Sierra, otros sostienen que vía Uruguay. El amigo tiene departamento en el hotel Conrad de Punta del Este, que le presta al funcionario y a su familia, y un barquito con el que salieron a navegar día por medio el verano del 2009. Moraleja: Si algún día te eligen funcionario, primero asegurate de tener dónde guardar la guita, no vaya a ser cosa que crean que robas porque antes eras un muerto de hambre.

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