domingo, 18 de abril de 2010

"Ejércitos” de niños

Pilar Rahola*   
Cómo se parecen los fascistas, a lado y lado del espectro ideológico! En pleno debate sobre el franquismo, derivado de la delirante caza y captura de Baltasar Garzón, no resulta baladí recordar el Florido Pensil de las épocas del adoctrinamiento franquista, cuando el Cara al sol se amenizaba con las amenazas a los niños en sus despertares adolescentes, o con la enseñanza de la perfecta mujer sumisa de la Sección Femenina. Todos los fascismos tienen una obsesiva fijación en el dominio de las mentes, y todos especialmente en la formación de los niños. Fiel, pues, a su carrera hacia la autarquía de corte comunista, Hugo Chávez hace lo propio del fascismo de derechas, en su versión de izquierdas, y acaba de dar la orden de ampliar el programa de "guerrilla comunicacional" a los niños de primaria. Se trata de crear ejércitos de niños programados para difundir mensajes favorables al presidente y contrarrestar así "las mentiras de la prensa imperialista".
Por supuesto, los niños irán uniformados, y según la información de La Vanguardia, saldrán a la calle altavoz en boca y spray en mano para adoctrinar al pueblo confundido. "La guerrilla es una acto de liberación", ha dicho el ministro de Educación, Edgardo Ramírez, y a dicha liberación envía a niños de nueve o diez años. Y ha continuado: "Como la oligarquía venezolana tiene un modelo terrorista, como usa sus medios de comunicación para el terrorismo, para la intranquilidad y la fragmentación de los pueblos, tiene que existir la contraparte, que son las guerrillas comunicacionales".
Así, en un nuevo paso de su imparable asalto a la democracia, el chavismo va perdiendo la vergüenza a medida que va convirtiéndose en un régimen dictatorial. Es un comunismo de nuevo cuño, mezcla de retórica castrista de los 50 y populismo mediático del XXI, aliñado con una total falta de escrúpulos democráticos. Un desmantelamiento minucioso de la democracia, usando los mecanismos de la democracia. En el fondo, un golpe de Estado blando, quizá más lento que el militar, pero igualmente efectivo. Tampoco en ello es original, ya que el uso de la democracia para desmantelar la democracia fue un ejercicio muy popular entre los fascistas del siglo XX.
Niños... ¡Qué obsesión, la del fascismo con los niños! La idea de que los niños son robots cuya programación por parte del poder garantiza la estabilidad de un régimen es tan antigua como la maldad. Pero nunca ha resultado eficaz. Porque, por mucho adoctrinamiento, los regímenes dictatoriales no se aguantan por las ideas, sino por el uso del miedo. Tanto si cantaban el Cara al sol como si gritan "viva la revolución bolivariana", al final no queda nada si se abren las puertas de la libertad. No nos engañemos.
El chavismo no sólo es una delirante representación de humor político. Es, cada día más, el espectro de una dictadura encubierta.
*España.

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