Miguel Brevetta Rodriguez
Eduardo Alfredo Fellner.
A diario llama la atención que un oscuro abogado, que nació en la Provincia de Córdoba (Rio Tercero) y fue a recalar en la provincia de Jujuy - sin ningún tipo de antecedentes ideológicos o políticos mérito propio - se encuentre desde hace varios años al frente de la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación.
Es verdad que el “dedo prebendario” de Néstor Kirchner, no conoce de limitaciones a la hora del pago por favores de toda laya, pero muchas veces estos desvíos que ya son cotidianos en la vida democrática, se tornan más peligrosos que convenientes, pues muchas veces mantener a estos innominados componentes del Poder, frente a cargos de alta significación, acarrean un alto pago por servicios que debieron residir en otras manos.
Ya son más de cuatro, los que en estos momentos se preguntan: ¿Quién es Eduardo Alfredo Fellner? Y son pocas las respuestas, que puedan partir desde la objetividad, para hacer conocer los rasgos de la personalidad de este rico funcionario público, que vive de las arcas del Estado desde hace más de 30 años.
En efecto, a fines de diciembre de 1993, Juan Domingo Schiaretti fue designado Interventor Federal en Santiago del Estero, “… quien llegó conjuntamente con una banda de improvisados foráneos que saquearon hasta el último centavo de las cajas del Estado, dejando endeudada a la provincia en más de 320 millones de pesos, sin que se sepa, a la fecha, el destino de los fondos sustraídos”1. ¿Y quién asumió como subsecretario de Gobierno?, el inefable Eduardo Fellner.
A los pocos meses de gestión, cuando el pueblo santiagueño advirtió la calaña del interventor federal y su sequito de delincuentes, devino el éxodo de funcionarios, por lo que el osado funcionario, fue “ascendido” a Ministro de Gobierno, reemplazando a Schiaretti en su calidad de Interventor ante los reiterados viajes de éste a la Capital Federal , por ende firmando el despacho como responsable directo de las atrocidades administrativas detectadas al finalizar la “dictadura”.2
Al año siguiente y en pago por sus patrióticos servicios, los justicialistas de Jujuy, -por pedido expreso del entonces presidente Carlos Menem - lo pusieron en la lista de diputados provinciales (para que tenga fueros), y por obra y gracia de esas cosas del destino, Carlos Ferraro entonces gobernador de Jujuy es obligado a presentar su renuncia, asumiendo Fellner la gobernación por ser presidente de la Cámara de Diputados.
Después, es historia conocida, el “aparato oficial” y la “alquimia” peronista, lo colocó como gobernador de su provincia adoptiva, en dos oportunidades (1998-2007), de allí antes del fin de su mandato se auto nominó Diputado Nacional, hasta que el “dedo” del mandamás nacional lo conchabó en la Nación.
Su raid de incorregible, lo muestra a las claras, ya que de “menemista perro”, saltó a “felpudo” duhaldista y de allí a la incondicionalidad kirchnerista que se le conoce y se le cuestiona. Siempre atado al poder, razón suficiente para que no pueda ser investigado, por los hechos en Santiago del Estero o por la “causa Skanska” que lo muestra bastante implicado.3
Hoy se sabe, por intermedio de la prensa nacional, que: “Tras declarar la caída de la sesión en Diputados, el titular de la Cámara baja Eduardo Fellner, fue el principal blanco de los dardos opositores, que incluyeron fuertes críticas a su rol al frente de la Presidencia.
La primera que se anotó en la lista de críticas fue la legisladora del bloque Peronista Graciela Camaño, que cuestionó al jujeño por: "no tener la hombría de bien que se necesita para estar" en la Presidencia del cuerpo.4
Y nosotros le damos la razón.
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