José Luis Zavalía.
El viernes 16 a las 9 de la mañana, el diputado provincial y referente del Comité Nacional del Radicalismo, doctor José Luis Zavalía, fue notificado por el juez Federal con competencia Electoral, Guillermo Daniel Molinari, de que “está acreditado” como interventor de la UCR , distrito Santiago del Estero.
El juez Molinari, un zamorista confeso, se dio por vencido y decidió entregar la UCR a Zavalía, después de cajonear tres resoluciones de la jueza Electoral Nº1, doctora Maria Romilda Servini de Cubría, que fue quien hizo lugar a la documentación del Comité Nacional del Radicalismo y designó interventor a Zavalía.
El líder radical santiagueño fue notificado en su estudio jurídico de Absalón Rojas 341.
El oficio de la jueza Servini de Cubría ordena, además, entregar al interventor la sede partidaria y la documentación pertinente.
Con prudencia, el doctor Zavalía decidió instalar su despacho como jefe de la UCR en su local partidario del FUP (Yrigoyen, al lado del hotel Coventry), para evitar roces con los muchachotes que el gobernador Gerardo Zamora comisionó a la sede del Comité Provincia (Belgrano Sur, entre 3 de Febrero y Alsina), para que “ocuparan” la Casa Radical y “evitaran” que la verdadera autoridad partidaria tome posesión del local.
Todos saben que el juez Molinari tiene el deber de hacer cumplir con la orden de la jueza Servini de Cubría y, consecuentemente, llevar el oficio y hacerse acompañar por la Policía Federal y poner a Zavalía en funciones. Pero claro, “Guilli” no va a caminar por los andariveles naturales de la justicia, sino que buscará los vericuetos de la politiquería a fin de no molestar a su nuevo “conductor”, el gobernador Zamora; pese que hasta hace seis años ambos eran del séquito de Zavalía.
Con sede o sin ella; con jueces correctos o de los otros, lo cierto es que José Zavalía es, hoy en día, el único radical con papeles. El resto de los que se dicen radicales y que ocupan cargos públicos en este gobierno ya no pertenece al histórico partido. “Se fueron con el kirchnerismo”, según dijo el ex presidente del Comité Nacional del Radicalismo, el senador Gerardo Morales.
Consecuentemente, gruesos nubarrones se asoman sobre la testa de los impulsores del Frente Cívico. Esta alianza ya no podrá funcionar si no tiene el aval de Zavalía, lo que significa que los zamoristas se quedaron sin partido y, legalmente, el Frente Cívico por Santiago no existe más. Le falta, ahora, “la pata radical”.
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