Julio Fernando Alegre.
El ex intendente capitalino, Julio Fernando Alegre se decidió y, en una carta que le envió a un amigo le cuenta su verdad acerca de las persecuciones a las que está siendo sometido. La misiva se publicó íntegra en el diario Última hora y sostiene que al gobierno le costó 6.000.000 de pesos “tenerlo alquilado” en los medios todos los días de julio a diciembre. Acusó a la justicia además de no dejar que su mujer inscriba a su hija recién nacida, María Victoria, en el Registro Civil, al haberse apropiado del certificado de nacimiento, tres traslados de lugares de detención, amenazas, operaciones en los medios y que le plantaron pruebas falsas.
Por su parte, Juan Carlos Nacul, abogado de Alegre, confirmó a Arena Política la veracidad de la misiva y dijo que fue enviada a Última Hora porque en ninguna otra parte le querían publicar su versión.
El que fuera el intendente preferido de Gerardo Zamora narra que hace un año y medio las encuestas de Enrique Zuleta Puceiro, daban cuenta de que en Santiago existían solamente dos hombres con votos y estructura propia, Zamora y el propia Alegre. Atrás venían los ministros y funcionarios provinciales y mucho más atrás, Daniel Zamora, hermano del gobernador, con una intención de voto de entre el 0.6 y el 0,8 por ciento de los votos.
Cuenta Alegre que el sábado 4 de julio le mandaron dos concejales de la capital, que se presentaron en representación de Zamora, Claudio Irastorza y Lucía López Prieto, “con el ultimátum de renunciar o renunciar, caso contrario tenía dos posibilidades, el desafuero en sesión extraordinaria el lunes o la intervención mediante proyecto de la Cámara de Diputados, el martes, obviamente, cuidando el detalle de que fuera un legislador de la oposición el que lo hiciera para que no apareciera el `oficialismo` involucrado, tal cual lo hubieran hecho con Marcelo Lugones, Berta Padilla y Cacho Llanos, concejales zavalistas hoy devenidos en zamoristas”.
Sigue relatando que el domingo 5 de julio, a las 3 de la tarde, “en mi casa, en presencia de mi pobre familia y mis pequeños hijos que lloraban, Rodolfo Mema, que también lloraba y profería todo tipo de insultos contra Zamora, Luis María Soria, el subsecretario de Gobierno peronista que me acompañaba en la gestión, renuncié, dejando al municipio de la capital con 30.280.000 pesos de superávit, reconocido por Pedro Banco, secretario de Economía en su declaración testimonial en sede judicial. A partir de ahí sufrimos hasta el día de hoy todo tipo de vejámenes, humillaciones, operativos mediáticos y persecuciones inimaginables, mi pobre familia y yo. Fui trasladado tres veces, amenazado cada vez que anunciaba una ampliación de indagatoria, perseguido hasta el día de hoy”.
En otro párrafo de la carta, Alegre hace gravísimas acusaciones: “En el último allanamiento tuvieron a mi esposa, a la bebé y a mis hijos, durmiendo 40 días en el piso, hasta traer el famoso escaner de Juan Ignacio Coria Vignolo y su patota. Imposibilitados de usar baños, dormitorios, rodeados de fajas de seguridad y con un despliegue policial vergonzoso por su cantidad y calidad. Con decirte que trajeron al Getoar para asustar y amedrentar a una mujer y cinco niños. Funcionarios judiciales cordobeses más un juez, secretario, jefe de policía de la provincia, al mejor estilo de los servicios secretos nazis, amenazando a una mujer y criaturas para que digan donde está la plata y las `famosas` valijas. Ya se les contestó, en su imaginación enferma”.
En la carta de Alegre también se cuenta que su hija ya va a cumplir dos meses pero “no la podemos inscribir en el registro civil porque este juez de cuarta categoría secuestró el certificado de nacido vivo, y a pesar del ofrecimiento de Fernando Paradelo (secretario de Coria Vignolo), de agilizar esta situación, tanto él como José Luis Artaza, (director del Registro Civil), se niegan sistemáticamente a inscribir a mi hija, en una flagrante violación al derecho de identidad de las personas”.
Además califica los allanamientos como una vergüenza porque “secuestraron ropa interior, perfumes y muchos elementos que eran regalos personales”, por lo que le “plantaron” 50.000 euros y 3100 pesos en la finca, después de tres allanamientos previos y no haber encontrado absolutamente nada nunca. Fue entonces, donde, según Alegre “apareció, ¡oh!, el olfato investigativo de Fernando Paradelo, para señalar a la policía el lugar exacto donde ese encontraba el dinero, en un sobre blanco inmaculado, con billetes tan nuevos que parecían recién salidos de la casa de la moneda, y de los cuales nunca pudimos obtener los números de serie”. Aseguró además que hoy “esos billetes no están en poder del juez ya, sino de su verdadero dueño, el que realmente los entregó para inculparme”.
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