Marcelo Castro Corbat
La presidenta y el ministro de Economía.
Las últimas seis décadas estuvieron dominadas políticamente por el peronismo con el eslogan de la justicia social, ya sea estando en el gobierno o, siendo oposición por el poder de la corporación sindical y de los ideólogos imberbes infiltrados, para decretar huelgas que paralizaban el país, cometer crímenes, generar la guerra interna e impedir el ordenamiento de la sociedad. En los años 40 los salarios eran de los más altos del mundo; en el 2010, son de pobres. Se dilapidó la riqueza nacional y la Justicia Social es una utopía.
Los justicialistas no hacen nada para mejorar los salarios; no pueden hacer nada, porque sus banderas producen la pobreza del pueblo. El gobierno y la corporación sindical vociferan defender el salario, pero aumentan apenas su valor nominal con el índice de inflación oficial. Como el índice es falso y el aumento sufre deducciones por cargas sociales, con el salario neto de bolsillo que recibe, el asalariado termina siendo mas pobre. Es una perversidad.
Los asalariados son personas trabajadoras que legítimamente aspiran a prosperar, y mejorar sus ingresos más arriba de la inflación, no a seguir viviendo en la pobreza. Esto lo lograrán si se genera riqueza, aumentando las exportaciones, la inversión privada, la producción de bienes e incorporando tecnología. Está en la mano de los argentinos hacerlo, pero no es la política que responde al eslogan de justicia social.
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