Urgente: Tratan de tumbar la página "Código Rojo"

La página www.codigorojose.com.ar, denunció hace instantes que está siendo víctima de ataques informáticos y de mensajes mafiosos transmitidos, según dijo “por sujetos de baja calaña” de lo que fuera el temido "D2" de la policía, que ofrecen dinero de quienes identificó como “Pibe Ñoño” Robles y Daniel Zamora, quienes, “pretendían sobornar nuestra independencia informativa”.

En un post que acaba de subir a la web, denunció también que “a cambio de recibir el dinero robado que manejan estos inmorales delincuentes pretendían utilizar el medio para combatir a José Luis Zavalía bajo un siniestro operativo de prensa muy pronto a ser lanzado en su contra”.

Continúa diciendo que “ante nuestra negativa, estamos sufriendo nuevamente ataques en la web”, para agregar “pretenden silenciarnos”. Y anuncia que “sortearemos los inconvenientes y seguiremos informando con verdad los hechos de corrupción e impunidad que el gobierno silencia”. Recuerda además que el último de ellos, fue “el aberrante ataque sexual que vivió una niña de 11 años a mano del hijo del actual intendente zamorista, Lito Infante, el que Diario Perfil en su edición de hoy hizo público a nivel nacional”.

Código Rojo aseguró en el post tener más de 700.000 visitas en los últimos doce meses, por lo que “el gobierno se siente molesto”.
Además narra que superó “los primeros embates de los piratas informáticos contratados desde Jefatura de Gobierno por Miguel Elias Suarez, alias Sugus” y sostiene que a pesar de que le bloquearon la página “continuamos con vida”, por lo que denunció este delito “ante las autoridades internacionales”.

“Al presente se sustancia un proceso, en Estados Unidos, iniciado ante un ataque informático contra su responsable, hermano de una conocida modelo santiagueña. Por tal motivo restablecida la página se publicó un artículo del Monje Negro denunciando en modo directo al jefe de Gabinete de este gobierno y su oscuro pasado vinculado como informante estudiantil de los grupos de tareas represores en las universidades y si no es así pregunten sus antecedentes a Hebe de Bonafini.”