viernes, 30 de abril de 2010

Nuevos ricos perucas, pero también hay radicales

Matilde O`Mill.
Hacer negocios con la provincia, al menos para los amigos del zamorismo, es de los más sencillos.  Arena Política desnuda todos los días los negociados iguales o peores de los que hizo el ex intendente Julio Alegre, donde aparecen secretarias, amigos de parientes y hasta cónyuges de los funcionarios públicos, convertidos en “empresarios”, ganando licitaciones para alguna obra millonaria, favorecidos por un concurso de precios y hasta recibiendo un abultado subsidio.
“No resisten una auditoría visual”, suele decir un experto abogado del medio para graficar la magnitud de las desprolijidades con lo que funcionarios, parientes y amigos se levantan millones de pesos del Estado (que es lo mismo que decir que son de todos los santiagueños).
Por ejemplo, un gracioso recordó que en diciembre del año pasado, el gobierno zamorista firmó un decreto al que (el bromista) tituló: “Para ‘La Mati’”.
Veamos. En el Boletín Oficial se publicó, con la firma del gobernador Gerardo Zamora y sus ministros José Emilio Neder (Gobierno) y Luis César Martínez (Salud), un decreto donde se aprobó la licitación pública y escrita llevada a cabo en el nuevo hospital de Niños, contratando un servicio de mantenimiento mensual preventivo y correctivo de las instalaciones eléctricas, equipamiento biomédico e instalaciones de gases medicinales a la firma Omina S.R.L; empresa cuyo propietario es el esposo de la secretaria general de la Gobernación, Matilde O’Mil.
Dos millones trecientos ochenta y cuatro mil cuatrocientos pesos (2.384.400) para percibir mensualmente, enriquece a cualquiera y a todos que participen en la repartija.

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