domingo, 25 de abril de 2010

Nota de domingo: Jazz en la Universidad Católica

Tres momentos del concierto de jazz del jueves pasado.
El viernes pasado continuaron los festejos por otro aniversario de la Universidad Católica local. En su auditorio se reunieron tres grupos de buenos músicos de jazz. El concierto fue transmitido en directo a través de la radio Estudio Uno de esta universidad, en el 104,9 del dial. Estuvieron “Ébano”, el conocido “Bestia o Gusano” y el conjunto de jazz de la Universidad de Flores, Buenos Aires.
El cuarteto “Ébano” interpretó versiones propias de jazz instrumental y cantados por la vocalista Lucia Sarmiento.
Posteriormente, el conocido trío “Bestia o Gusano”, liderado por el gran guitarrista santiagueño Gonzalo Velázquez, interpretó jazz moderno y composiciones propias, ante el entusiasmo de la gente. Esta vez el trío estuvo acompañado el saxo tenor porteño Mauro Bianchelli.
El quinteto de la Universidad de Flores, liderado por el pianista y vocalista Ricardo Kertész (rector de esa universidad) interpretó temas tradicionales del repertorio jazzístico.
El jazz es un estilo musical que nació al Sur de los Estados Unidos a fines del siglo XIX y floreció en Nueva Orléans. Es una música que tiene sus raíces en la historia del pueblo negro, que comienza a principios del siglo XVII, cuando se inició el tráfico de esclavos desde el África hacia América.
El jazz abrevó en el blues, en las canciones de trabajo, en los negro spirituals y en otras músicas, se transformó en folclore y con el tiempo pasó de artesanía a ser un arte y se volvió universal. Ya no es una música solo de los Estados Unidos, sino que pertenece al patrimonio cultural universal, tiene importantes estilos, formas y músicos en todo el mundo incluido nuestro país.
La Argentina tuvo y tiene grandes figuras como Oscar Alemán, Enrique Villegas, Leandro Barbieri, Carlos Franzetti, Lalo Schifrin y en la actualidad sobresalen excelentes músicos como Ernesto Jodos, Adrián Iaies, Ricardo Cavalli, Juan Cruz de Urquiza, Mariano Otero y una lista interminable de excelentes músicos.
La historia del jazz se caracteriza por dos rasgos fundamentales; en primer lugar, tanto por su constante asimilación de otras tendencias musicales estilísticas o culturalmente ajenas a él, como por su capacidad de mezclarse con otros géneros y crear nuevos estilos musicales, como el “rock and roll” que terminarían por evolucionar de forma independiente al jazz.
También lo caracteriza la sucesión de un numeroso conjunto de sub estilos que, vistos en perspectiva, manifiestan entre algunos de ellos enormes diferencias musicales.
Se caracteriza por eludir la ejecución de las interpretaciones a partir de la lectura fiel de una partitura (a pesar de que muchos de sus músicos dominan el lenguaje musical), la base de la interpretación y el estilo jazzístico es la improvisación.
Improvisar significa que el intérprete recrea libremente la música en cada ejecución sobre una determinada estructura armónica, ya sea en público o en un estudio de grabación: la melodía funciona como tema principal e idea para desarrollar una posible interpretación y cada músico interpreta su solo. En este sentido, la música de jazz se centra más en el intérprete que en el compositor.
La improvisación diferencia el jazz de otros estilos musicales de la tradición musical occidental, como la música clásica europea. En este sentido, el jazz recupera la improvisación como esencia musical, como en la mayor parte de las tradiciones musicales de origen no europeo, especialmente de los ritmos africanos, con predominio del uso de síncopas y de determinadas formaciones orquestales.
En cuanto a su repercusión pública, la subordinación de la melodía (el factor más valorado, por ejemplo, en la música pop) a la libertad creativa del artista, ha alejado históricamente al jazz de una presencia comercial masiva.

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