miércoles, 13 de octubre de 2010

Héroes de Chile

Por Carmen de Carlos (Enviada del diario ABC de España)

Anoche la luna alumbraba a media luz el desierto de Atacama. En su zona sur, en la mina San José, 33 mineros resucitaban para la vida sobre la tierra. Son los héroes de Chile, los invencibles, los titanes de una odisea americana que, a estas horas, todavía no habrá terminado.
Han contado los minutos, cada uno de los 69 días que han sobrevivido en las entrañas de una montaña que hasta hace poco vomitaba oro, mercurio y otros metales menos preciosos. El guión previsto por los equipos de rescate marcaba que los 32 chilenos y Carlos Mamani, el minero boliviano, empezaban su ascenso a la superficie en torno a la medianoche.
El ministro Laurence Golborne, al pie de la montaña durante estos dos meses largos, celebraba el arranque del rescate: “Al menos uno estará hoy (por ayer) en la superficie”. Otro ministro, Jaime Mañalich, por fin respira profundo: “La luna tiene una luminosidad del 30 por ciento, suficiente para que los helicópteros vuelen en una operación nocturna”.
La “clave G”, un código de última hora, precedería el rescate de cada hombre. Consiste en hacer sonar una bocina y que un enorme foco alumbre la plataforma donde la Oustu-Stein, una máquina de fabricación austriaca, sería la encargada de izar a los hombres. Mañalich lo ilustró de otro modo: “Cada vez que la mina esté en trabajo de parto, porque está embarazada bien grande, se activa la ‘clave G’. Por un minuto se prenderá una luz intensa y sonará una alarma. Se hace para alertar al equipo médico y técnico de que un hombre está subiendo, y deben estar en sus puestos para atenderlo”.
Algunos cambios imprevistos precedieron a la “Operación San Lorenzo”, como se bautizó el rescate en honor al patrón de los mineros. La cápsula Fénix 1, el ascensor de cuatro metros de altura por 52 centímetros de ancho, se descartó. En su lugar se utilizaría la Fénix 2. Aunque son idénticas, “está en mejores condiciones, se ha usado menos y estéticamente es preferible”, explico Golborne. El tiempo estimado de finalización del proceso, para concluir el rescate, “si no hay contratiempos es de 48 horas”, advertía Mañalich frente a una nube de periodistas del mundo entero.
Los primeros en bajar serían los últimos en subir: tres rescatistas (dos mineros y un enfermero). Intercalados, los “prisioneros” del fondo de la mina San José desde el 5 de agosto, irían entrando en la cápsula y subiendo a la libertad. El último de la cuadrilla, según los pronósticos, sería Luis Urzúa, topógrafo y jefe de turno cuando se produjo la catástrofe.

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