sábado, 16 de octubre de 2010

Recuperar el Peronismo

Por un viejo peronista


El compañero Julio Bárbaro, al que muchos consideramos el referente intelectual del peronismo de estos tiempos, ha dicho recientemente desmenuzando las diferencias entre peronismo y kirchnerismo que el peronismo vino a incluir a la clase obrera en el sistema; en cambio el kirchnerismo subsidia a los marginales para que sigan siendo marginales.
Es la gran diferencia entre el gobierno popular que planteó el general Perón y el populismo que puede ser oligárquico, darle algo a los pobres como palabras lindas, discursos altisonantes con frases que impacten emocionalmente y algunos migajas como los bolsines y planes para no trabajar.
La del peronismo fue una cultura del trabajo y la inclusión, la del kirchnerismo es la de la limosna, el olvido del trabajo y el esfuerzo.
El peronismo buscó la unión nacional con “para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”, el Kirchnerismo, en cambio, busca el conflicto, tal vez por su incapacidad de resolver problemas.
Perón le dio todo lo posible a los trabajadores “¿que quieren la Luna?, no se las puedo dar”, dijo Perón en el congreso por la productividad en 1953 en circunstancias difíciles para la economía nacional.
Nunca Perón le dio la “caja” a los dirigentes sindicales, que si se las dieron Onganía y Manrique que buscaban el peronismo sin Perón y que preconizaban algunos traidores de la CGT a fines de los sesenta.
El sindicalismo cogobernó a la muerte del general Perón con Isabel. Fueron los tiempos de Casildo Herrera y Lorenzo Miguel. “Me borro”, dijo Casildo al escapar horas antes del 24 de marzo al exterior. Fue el peor gobierno de la historia, aunque el actual le gana en el robo.
Estos sindicalistas fueron en gran parte colaboradores de la dictadura militar, entre ellos Moyano, hoy un próspero empresario más que un dirigente obrero. Ahora quiere volver al tercio de las candidaturas para los gremialistas que perdieron con la renovación cuando vencimos a esos mariscales de la derrota de 1983, los del pacto sindical militar.
Saúl Ubaldini, que era un dirigente honesto y de un nivel muy superior a Moyano, cuando quiso ser candidato por las suyas sacó el 1,5 % de los votos de la provincia de Buenos Aires.
Ahora el camionero quiere el tercio sin ir a las internas y no se sabe para qué, pues los diputados gremialistas que se quedaron fuera del bloque de la renovación, en la división de 1985, ninguno hablaba en el recinto del Congreso Nacional. En eso eran parecidos a los del Frente Cívico santiagueño.
El peronismo se vuelve a poner de pie frente a la impostura K con sus Feinman y los de Carta Abierta. Hagan sus partidos, son de la patria socialista. Como les dijo Perón en 1974: hagan su partido, total unos votos más, unos menos, no hacen diferencia.
El compañero Felipe Solá ha puesto las cosas en claro. El peronismo no quiere saber nada con los que se enriquecen con la política, los patoteros y los delatores en los tiempos de la dictadura como lo fue el ex amigo de López Rega, Hugo Moyano.

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