lunes, 11 de octubre de 2010

Moto-chorros y delincuencia en la avenida Roca

En los últimos años se ha consolidado la Avenida Roca como el eje del entretenimiento, la gastronomía y, la sociabilidad de Santiago del Estero, desplazando a la Plaza Libertad de esa función en el esquema urbano de la provincia, sobre todo en el sector medio y de altos ingresos y en los jóvenes.
Sin embargo, empiezan a existir problemas de seguridad como el vivido a las 20, 40 del domingo último en la vereda de la confitería Tantta, en la esquina de Libertad y Roca, y frente a otra concurrida confitería, como lo es San Valentín.
El que esto escribe, se levantaba de la mesa junto a su señora esposa, junto en la mesa vecina, cuatro mujeres jóvenes se levantaron gritando que una de ellas había acababa se sufrir un arrebato de la cartera.
En efecto, un joven corría por el medio de la calzada perseguido por una muchacha a la que la habría sacado la cartera. Hubo un intento frustrado del que escribe para alcanzar al chorro, porque una moto conducida por un cómplice lo levantó y se fugaron. La joven robada consiguió que un motociclista la subiera e intentara una persecución, ignorando los resultados.
A pesar que hay una comisaría a dos cuadras del lugar, sobre la avenida Roca, no se vio a ningún agente policial en todo su recorrido como no se los ve en el centro los fines de semana.
Es que la policía está ocupada en las tareas de espionaje que le encarga el gobierno provincial, en liberar las rutas para la piratería del asfalto, o el tráfico de la droga que llega a los aeropuertos clandestinos del interior provincial.
Además, personal de esa comisaría estuvo a cargo de apresar en la campaña electoral municipal a un grupo de jóvenes que un sábado a la mañana distribuía un periódico opositor al régimen autoritario y corrupto que gobierna desde el 2005 a la provincia.
Cuando una fuerza policial no se emplea en la prevención del delito sino como herramienta de sometimiento político, las consecuencias son terribles para la seguridad ciudadana.
Los cambios no pasan por algunas obras públicas, que por supuesto se deben encarar, sino por el mejoramiento de instituciones indispensables para asegurar la tranquilidad pública.
En la prevención del delito la presencia policial es básica, y si estas cosas pasan en esquinas como la de Roca y Libertad, sólo podemos pensar que en otros sitos más alejados la situación es grave.

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