Daniel Zamora y abajo a la derecha, estado en que quedó la moto del matrimonio que chocó.
El gobernador Gerardo Zamora, en lo político inmediato, busca que su hermano Daniel encabece la lista de candidatos a concejales.
De Daniel Zamora la gente conoce varias cuestiones: que mató a un joven matrimonio en la ruta 9, enfrente al Campo Contreras y que arregló a familiares con algunos pesos, que es dueño de una flota de camiones, de confiterías céntricas, de una casa mejor que la de Julio Alegre en el Zajón, que tiene como prestanombre al “Pibe Ñoño”, y otras yerbas.
Sin duda, con estos antecedentes, Zamora, el gobernador, subestima al electorado de la Capital si pretende imponer a Daniel como concejal.
Claro, Gerardo está convencido de que el kirchnerismo va a durar toda la vida y, por ende, él, va a seguir reinando en la provincia. Por ello sueña. Sueña, por ejemplo, que con un intendente como “Lito” Infante y su hermano Daniel concejal, dentro de dos años pueda mover las piezas a su antojo. Sueña hacer renunciar a Infante para que su hermano se consagre intendente y, de algún modo, iniciar la sucesión de la realeza Zamora.
Si esto pergeñan los asesores y operadores del gobernador, sin duda no están en sus cabales.
Debería comprender que su hermano, si hablamos de política en serio, con mayúsculas, debería ser investigado por un juez o un fiscal independientes, para que explique qué fortuna ha heredado o con qué premio ha sido favorecido para cambiar de fortuna tan rotundamente, en seis años pasó de ser un carenciado a un potentado candidato a primer concejal.
Los “operadores” del gobernador Zamora minimizan la inteligencia del electorado de Capital, y creen que, al mejor estilo de Carlos Juárez, van a imponer a un simple ciudadano -sin militancia política- a un cargo legislativo por el simple hecho de ser hermano del primer mandatario.
Daniel Zamora, señores, debería buscar buenos abogados penalistas para que puedan desentrañar el Código y defenderlo correctamente cuando llegue la hora de la justicia. Tiene que explicar cómo ha hecho para incrementar tan abultadamente su patrimonio personal y familiar.
Y una pregunta obvia: ¿Cómo puede cambiar tanto Gerardo y admitir que Daniel, su hermano, tenga de aliados a los llamados peronistas que lo acompañan en esta campaña por la concejalía?
Acordate, Gerardo, ¡cómo combatiste y enfrentaste a los facinerosos del juarismo-iturrismo-mujiquismo y, en honor a aquella lucha, aconsejá a Daniel que no se junte con la peor calaña de la política santiagueña…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario